21.

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Me desperté con la sensación de no haber dormido nada, como si tan solo hubiera cerrado los ojos y vuelto a abrirlos, pero no era solo eso.

Mi cuerpo se sentía adormecido, tan pesado que dolía con el simple hecho de intentar moverme y sabía que no estaba solo. Trate de adaptar mi vista a la oscuridad del lugar porque la lámpara estaba apagada y giré mi cuerpo, algo se deslizó por mi hombro y el frío heló mi cuerpo, entonces comprendí que estaba cubierto con la manta. Tomé con mi mano la tela y volví a cubrirme, sentí como algo se removía a mi lado y tirada de la tela que me estaba cubriendo y regrese a verla.

No podía creerlo, ella seguía aquí. Después de todo se había quedado, sinceramente no creí que lo hiciera, pero lo hizo. Su menudo cuerpo dio una vuelta y entre sueños volvió a jalar de la manta.

Tal vez tenga frío.

Me acerqué un poco a ella con la intención de trasmitirle un poco de mi calor y la vi descansar cómodamente. Su rostro tan delicado y relajado se ocultaba por la mitad con la manta y cuando sintió el calor de mi cuerpo se pegó a mi.

Se frente fría llegó a la altura de mi hombro y se recargó ahí.

"Gracias" susurre acariciando con manos temblorosas su cabello para después deslizarla por su mejilla y antes de retirar por completo mi mano sus dedos se aferraron a mi muñeca para después sujetar mi mano y entrelazar los dedos con los suyos. La mire, creí que ya había despertado pero sus párpados permanecían cerrados y su respiración seguí siendo tranquila, entonces jaló mi mano entre la suya y la llevo por dentro de la manta hacia su pecho y se aferró a ella.

Lo entendí, ella se estaba helando y mi cuerpo era como una fuente de calor encendida, solo estaba tratando de adquirir calor, por eso mis manos se sentían en equilibrio entre las suyas frías.

Me pregunte si se sentiría incómoda conmigo por estar desnudo, pero no parecía haber tenido problema con dormir a un lado de mi en este estado y creí que no le molestaría.

Mire sus labios casi pálidos por el frío, pero bien cuidados abrirse solo un poco y sentí su corazón latir a través de mi mano en la misma sintonía que el mío.

Me estaba desquiciando, era casi imposible que nuestros latidos estuvieran sincronizados y recordé la vieja leyenda que alguna vez me contó mi madre.

< Habia una vez, en algún lugar lejano y dentro de lo más profundo del Prado dos cachorros esperando en convertirse en lobos, con la necesidad de ser libres y salir a explorar todo.

Ambos se encontraban a más de 1.000 kilómetros de distancia, tenían aficiones y caracteres diferentes y aún así su necesidad fue la misma al momento de convertirse. Un extraño sonido taladraba sus oídos y hacía palpitar sus cabezas, reconocían el latido del otro en su cuerpo y no les gustó como se sentía, desesperados intentaron deshacerse de lo que sea que tenían y nunca imaginaron por un momento que se debía a otra persona, no hasta que un antiguo sabio le dijo a uno de ellos; "Es la causa errónea de tu buscar lo que te hace desesperar, tu malestar puede curar  solo si puedes encontrar a la persona que tenga tu palpitar" >

Y la historia continua pero mi mente se a quedado estancada en la última frase, y mientras la veo descansar pegada a mi cuerpo, empiezo a recuperar la fuerza... y ahora se que solo la necesito a ella.

Bajo un poco mi cuerpo para estar a su altura, su cabeza se mueve un poco al despegarse de mi hombro y se frente choca con la mía. Sus labios siguen entre abiertos y ahora a centímetros de los míos y no puedo soportar el deseo de volver a tenerlos, entonces pego mis labios a los suyos... es un ligero toque que aliviana mi cuerpo y alimenta mi espíritu y al separarme solo es cuestión de segundos para verla removerse y abrir los ojos.

Moon love [Eunkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora