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Y ahi me encontraba yo, en medio de la sala y siendo el centro de atención a pesar de que mi hermano se quejaba adolorido en el sofá.

Lo mire y mi pequeño hermano solo me sonrió sin mostrar sus dientes, formando una línea curva que se transformó en una mueca de dolor cuando el curandero de la manada sujeto su pierna y gritó alto cuando su hueso fue colocado de un solo tirón en su lugar.

- ¿Cómo paso esto Jeonjun? - preguntó mi padre viéndole ser vendado.

Yo lo mire con dolor y el solo respondió muy tranquilo que no recordaba.

Me sentía muy mal, no debería de estar utilizando a mi hermano para salvarme. La lesión era reciente, yo mismo se la había hecho.

Recuerdo como lo encontré al regresar de llevar a Eunha, él estaba dormido en el pasto debajo de un árbol, al final si se había convertido y estaba lo suficiente cansado como para regresar a casa. Se despertó cuando sintió que lo cargaba y me dijo que apestaba, que olía como esa chica a la que tuvo que llevarle la carta, entonces se dio cuenta que no me había enlazado y se alejó de mis brazos. Le expliqué todo; desde como conocí a Eunha, como volví a recuperarla, mis sentimientos, lo qué pasa con SinB y lo que han hecho los ancianos. Recibí toda la aprobación de mi hermano, en realidad me dijo que Eunha le pareció muy bonita y que si yo la quería debería de estar con ella - ojalá toda la manada pensara lo mismo que Jeonjun- y él quiso ayudarme, sabía que estaría en problemas por haberme resistido a la unión y me pidió que le rompiera la pierna, de esa manera podría decir que me quede toda la noche cuidando de él y nadie me culparía por proteger a un miembro de mi familia, o al menos eso creímos.

Al principio me negué a hacerlo pero mi hermano no dudo ni por un segundo y se dejó lastimar.

Me sentía terrible, con unas ganas inmensas de llorar... yo no merecía a mi hermano.

Él se había dejado lastimar solo para protegerme y ahora estaba sufriendo adolorido sobre ese sofá antiguo y con la mirada de esos ancianos en él, y aún así seguía protegiéndome.

- Jungkook me cuido toda la noche y aún cuando quiso correr y alejarse, no pudo hacerlo porque me estaba protegiendo... - Namjoon terminaba de vendarlo.

- No es posible que se pudiera librar solo por eso - negó uno de los ancianos.

Yo estaba quieto de frente a mi hermano, lo mire reincorporarse en el sofá y sentirse incómodo con su pierna estabilizada. Sabía que le dolía pero no quería quejarse ni mucho menos hacer gestos, no lo hacía para verse fuerte, más bien no lo hacía por mi, para no preocuparme.

- ¿Por qué no dices nada? - la pregunta iba dirigida a mi.

- No tengo nada que decir - Jeonjun me miró y pensé que eso no había sido lo adecuado para responder - Estaba perdiendo mi cordura.

La mirada de todos se detuvo en mí y yo por fin cambié de lugar, sentándome a un lado de Jeonjun con las piernas abiertas.

- Saben lo desesperante que fue no poder controlarme... - mi padre me miró y yo solo continué hablando - Esa sensación de poder dañar algo que quieres, que te a costado mucho cuidar y ver que podías destruirlo en menos de 10 segundos.

Me sentía el peor de los bastardos al utilizar a Jeonjun por mi propia seguridad, no podía negar que me hería de cierta manera ver a mi hermano en esta situación. Yo quería que entendieran lo que sentí cuando me tenían controlado bajo los efectos de ese extraño líquido y este era el momento perfecto para decirlo, ellos iban a creer que esto fue lo que sentí por estar cuidando a Jeonjun.

- Nadie a perdido tanto la razón como tú - las palabras sisearon con un aura extraña y el anciano mayor me miró de forma amenazante - ¿Sabes lo que has ocasionado?

Moon love [Eunkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora