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- Jun- Jungkook- y se levantó rápidamente.

Extiendo mis brazos y los suyos envuelven mi cuerpo, su cara se pega a mi pecho y me abraza con fuerza.

- Y-Yo llevo horas caminando, pensé que no te encontraría - dice presionando mi playera con sus manos - Ya está oscureciendo y no sabía cómo regresar, estaba perdida pero... quería verte.

Me dolían mis brazos aún así los moví para abrazarla, su cuerpo temblaba sobre el mío, estaba asustada.

- Lo lamentó - dije acariciando su cabello.

Se me había olvidado que Eunha tenía el sentido de propiacepcion similar al de un bebé, que estaría dando vueltas por el bosque tratando de encontrar el camino correcto. Y ella negó moviendo su cabeza sobre mi pecho. Se sentía bien, era increíble sentir mi fuerza regresar solo por ella.

- Quédate esta noche... - se separó de mi solo lo suficiente para verme pero no retiro sus brazos de mi cuerpo - Ya va a oscurecer y no puedo llevarte de regreso, además estás cansada.

Era peligroso, muy peligroso.

Temí que esto me trajera consecuencias , pero sus manos se deslizaron por mi espalda y mi lobo anhelo la caricia.

- Esta bien, me quedaré - sonreí y ella retiró sus brazos de mi, repasó sus ojos por todo mi cuerpo y preocupada miró mi rostro - ¿Qué te paso?

- Te dije que mi cabello estaba más largo.

- No, eso no. Tu cabello está bien - negó - ¿Por qué están tan delgado?.

- Te lo contaré en la mañana - acaricié su cabello y en un movimiento rápido la oscuridad comenzó a invadir el bosque. Se me agotaba el tiempo, tenía que llegar a la fogata pero antes tenía que poner a Eunha en un lugar seguro - Vamos.

La tomé de la muñeca y comencé a moverme con rapidez por entre los árboles. Ella me seguía casi corriendo, sin decir nada y confiada de que yo la cuidaría.

Había encontrado una pequeña cueva que se formada por un conglomerado de rocas apiladas apenas hace una semana, estaba cubierta y la entrada no se veía a simple vista, era tan solo un pequeño espacio pero estaría segura ahí.

- Te ayudó - dije subiendo a una de las rocas y dándole la mano para que la tomara de apoyo - Ven.

Ella no era tan alta y se le dificultó escalar las rocas, pero simplemente me siguió. Le hice deslizarse entre dos rocas para llegar al interior de la cueva y tanteé con mi mano el suelo tratando de encontrar la linterna que yo mismo había dejado.

- Solo quédate aquí, si - le dije encendiendo la linterna y ella miró algo asustada.

- No te quedarás conmigo - mis manos le ofrecieron la linterna y ella la tomó.

- Tengo que salir por un momento, pero tranquila no estarás sola... alguien vendrá a cuidarte.

- A-Alguien - su voz tembló y asentí en respuesta - Dijiste que tú me protegerías, qué tal si ese alguien me hace daño.

- También te protegerá, créeme, no quiere lastimarte - tomé la mano que no sostenía la linterna y se sintió muy fría sobre la mía que estaba caliente - solo espera, estarás segura aquí ... confía en mi.

Me sentía seguro de decir eso solo esperaba que mi lobo estuviera de acuerdo y cooperara conmigo para hacernos cargo de Eunha.

- No me dejes - me detuvo antes de salir y sus ojos me miraron con súplica.

- Solo saldré por un momento ... - su mano presionaba la mía y yo entendía que estaba aterrada pero tenía que salir, si no llegaba a la fogata ellos me buscarían por todo el bosque y no quería que encontraran a Eunha. - Regresaré, por favor quédate aquí.

Moon love [Eunkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora