33.

235 31 17
                                    




- ¿Quienes son ustedes? - preguntó con una voz áspera y cansada - ¿Y qué hacen aquí?

Su cuerpo parecía fuerte, los músculos en sus brazos se marcaban y te hacían pensar que podía tirar un árbol de un solo golpe. Tenía una mirada dura, las cicatrices en sus brazos se estiraron cuando los movió para cruzarlos. Presione la muñeca de Eunha  por detrás de mí y me sentí ansioso por la presencia de esa persona.

No la había captado, estaba seguro de no haber  escuchado ni un solo ruido antes de que él apareciera. ¡Pero que carajos!.

Lo mire de frente, él también lo hizo y vi su sonrisa ladina.

Eso me aterró... hubiera sido agradable si tuviera buena apariencia, pero ese hombre parecía un verdadero sátiro. Y mis dedos temblaron alrededor de la mano de Eunha, en verdad tenía miedo, ¿Por qué? ¿Por qué?...

Nunca nadie me había inspirado tanto miedo cómo está persona, ni siquiera el anciano mayor que sería la única persona de la cual debería cuidarme. Pero esta clase de miedo era diferente, una especie de emoción petrificante que te ataca cuando acabas de descubrir algo... Abrí mis ojos con demencia y entonces lo comprendí. No me aterraba él como tal, si no, me aterraba el hecho de no poder planear nada, de no poder actuar y moverme, de haber quedado estático.

Él no era ordinario y yo no pude captarlo en primera instancia, no puede hacerlo porque él no difería mucho de mis orígenes...

- Corre antes que él te ataque. - mencionó relamiendo sus labios.

Moví mi cara con disgusto al no comprender sus palabras, pero me di cuenta que no iban dirigidas hacia mí y seguí el trayecto de su mirada. Eunha había asomado su cabeza a un costado de mi cuerpo y sus labios pálidos se abrieron pero no respondió nada y jalo mi mano.

- No la atacaría - por fin había logrado responderle.

Él volvió a sonreír de lado.

- Entonces responde a mis primeras preguntas - mis ojos vibraron al reconocer algo en su persona - También responde ¿Qué hace un lobo con una humana?.

Abrí mis labios y balbucee algo que ni yo mismo pude entender, el desconocido alzó una ceja y desfundo con habilidad un pequeño cuchillo de piedra bien tallada.

Retrocedí cuando él dio un paso al frente, volví a hacerlo mientras lo veía acercarse. Mis ojos se movían alarmantes de él a el cuchillo que traía en la mano, el filo de la piedra parecía que podía cortar profundamente cualquier superficie y yo no quería comprobarlo.

Jale del brazo de Eunha y la arroje al camino por el que Hoseok se había ido. Ella cayó sobre su trasero y me miró alarmada. Aquella persona la miró y cuando quiso dar un paso al frente, la tomé de las muñecas y la retuve para que no la siguiera.

- Ve por Hoseok - Eunha se levantó y sacudió sus manos a los lados de su pantalón, me miró con miedo y no se inmutó a salir corriendo para buscar ayuda. - ¡Eunha ve!

Su cuerpo dio un brinco y asintió corriendo lejos de nosotros.

Regrese a mirar al hombre que de seguro me doblaba la edad y este sonrió arrojando el cuchillo al suelo. Jalo las manos hacia su pecho y me llevo consigo, jale mis propios brazos tratando de evitar que él se escapara de mi agarre. Tenía una fuerza increíble y mis esfuerzos fueron en vano, rápidamente logró que lo soltara.

Me tomó por los hombros, sus pesadas manos apretaron los huesos y me hecho al piso.

- Ah... - mis rodillas golpearon contra el suelo duro y sentí el ardor a través de mis piernas.

Moon love [Eunkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora