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JUNGKOOK


Hay momentos en los que desearía que el tiempo se detuviera, que las agujas de los relojes quedaran estáticas y el día no se transformará en noche.

Pequeños momentos que quisiera que nunca acabaran, porque encontrarse de manera plena es algo que solo puede permitirse en determinado tiempo en mundo lleno de temores e injusticias.

No tengo una gran historia que contar, mi vida se reduce a la monotonía del bosque, pero entre toda esa igualdad ella era una luz de cambio, un pequeño punto que solo brillaba para mí y alegraba mis días. Y entonces, solo ahora todo se reducía a nosotros en esta pequeña habitación, ella era real, la sensación de sus brazos acariciando mi pecho parecía expandirse por toda mi columna vertebral, estaba aquí y estaba tocando mi cuerpo.

Nunca desee tenerla mas cerca de mi que ahora.

Era consiente de la forma en que sus manos temblaban por mi piel y también de lo acelerado que latía su corazón. Ella aún seguía nerviosa por lo que diría, pero sinceramente no tenía ni la menor idea de que decir... yo simplemente, no lo sé. Estoy feliz de descubrir de alguna manera que ella espere a mi hijo pero eso no quita el hecho de tener miedo, más cuando una manada entera está detrás de mi y tengo el maldito y desesperante deseo de no querer dejarla, porque me preocupa que si lo hago, alguien más venga y les haga daño. Ahora no solamente cuido de ella, alguien más, un ser muy pequeñito también depende de mi.

Quien debería de sentirse más nervioso sería yo.

Pero la comprendo, no me ha visto desde hace casi un mes y se ha enterado apenas de esta noticia. Ni siquiera sé qué es lo que pasará con esto, pero respetaré la decisión que ella quiera tomar.

- No importa lo que decidas - mi voz se escuchaba tan despacio y tenía la garganta seca, lo cual provocaba que doliera al hablar, pero quería que me escuchara.  - Me tienes a mi, no voy a dejarte sola.

Ella necesitaba saber que yo estaría a su lado, fuera cual fuera la elección.

Y su mano se detuvo, se quedó estática en mi pecho. Pensé que la respuesta que me daría sería una negativa y no podía negar que aún seguía herido por la ausencia y el motivo de nuestra separación.

No quiero alejarme... Ya no más.

Alce mi mano temerosa y acaricie su cabeza que se encontraba descansando en mi hombro. Su cabello era suave, había crecido solo un poco hasta rebasar sus hombros y me sentí tranquilo de tenerla a mi lado.

Después de un momento, ella se removió a mi lado y subió arriba de mi.

Cada una de sus piernas a un lado de mi cadera y ambas manos recargadas en mi pecho. La mire de frente. Había dejado de llorar, al igual que yo, pero el borde de sus ojos era rojo y amenazaba con volver a hacerlo. La observé tratando de sonreírle para no verme más deplorable de lo que creí debía estar y cuando lo hice ella empuñó las manos sobre mi pecho y presionó sus ojos.

Entonces pensé que volvería a verla llorar y automáticamente lleve mis manos a su rostro. Acaricié sus mejillas con las yemas de mis dedos y ella volvió a abrir sus ojos.

- Jung...kook - se movió sobre mí y sus manos dejaron de estar presionadas.

- Eres hermosa.

Moon love [Eunkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora