Mí Juguete Favorito...

4. Clase...N°1. Son Goku...

En las montañas cercanas a la casa de Goku ya hace él trotando desde la madrugada, como no logro pegar los ojos más de cuatro horas, decide levantarse de la cama y hacer algo productivo, como lo es correr, por las montañas, el bosque y el lago, escuchar la bulla de los animales que habitan ahí, le gusta, la tranquilidad que le ofrece tal lugar.

Ya lleva más de tres horas, ha dado cuatro vueltas al lugar completo, saca su móvil del bolsillo de su clásico traje deportivo, celeste blanco. Ve la hora que ya son las ocho am, suspira, para secarse el sudor de su cara con el antebrazo.

Hoy es jueves, no tiene nada que hacer eso le molesta.

G – Les hubiera dicho a Bra y Goten que los entrenaría toda la semana – dice deteniendo su andar – ya que… - y sin más continua con su camino.

Desde donde está ya puede divisar su casa, una sonrisa de hambre y las ganas de ir a ducharse le dan más ganas de correr, pero no altera su ritmo al trotar…mientras lo hace de su boca sale.

G – Uno, dos…uno, dos.

Al bajar por la montaña rodea el lago para llegar al pequeño muelle.

Detuvo su andar al haber acabado y sin más se deshace de toda su ropa, lanzándola por los aires, como un niño, después le tocara buscar la y sabe que siempre le cuesta hallar la, pero eso por el momento era lo de menos.

Llego al final del muelle y mostrando su cuerpo tonificado y bien marcado al desnudo, hace un clavado y se lanzó al agua. Se sumerge con urgencia hasta el fondo, rodeando su cuerpo con las cristalinas aguas azules, tibias, que le hacen sentir muy relajado.

Así pasa hasta que se sienta lo suficientemente fresco como para salir.

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Camina por el mismo sendero que la llevo por primera vez al lago, porta el mismo atuendo con el que peleo el día del torneo.

Antes de llegar le había mandado un mensaje a Goku pero este no le respondió, y por pura intuición pensó que quizás él le pago de la misma forma que ella lo hizo al principio, eso le causa más interés…el descubrir que tan malo puede ser un hombre tan benévolo como lo era ese Saiyan.

Su teléfono vibra y lo saca para responder.

Lz – Hola, cielo – responde con algo de vergüenza al mencionar lo último.

K – Hola. Ya estas con mi amigo – le dice con alegría tras el aparato.

Justamente está saliendo del espeso bosque, para entrar a campo abierto, en donde esta ubicado el lago en donde se percibe el Ki de este.

Lz – Ya estoy con él – responde con ilusión.

Sin mas su esposo se despide y esta cuelga para acercarse más donde se supone que estaría Goku, al dar un paso se topa con la sudadera de este, eso la extraño.

Lz – ¿Y esto? – la recoge y la examina con la mirada, le parece raro que él lo haya dejado tirado, alza su vista y observa su pantalón tirado es donde se da cuenta de lo que ha pasado – está dentro del algo – dice en voz alta.

Sigue caminando hasta llegar cerca de la orilla y sin más se sienta en el pasto, pone la ropa a su lado. Una sonrisa ladina se posa en sus labios, a espera de que ese hombre emerja a la superficie.

Lz – “Sera…interesante, verte sin nada puesto” – y sin poder una risa se le escapa. Vira su mirar de en frente para posar su mirada en la ropa, con una mano la toma – “deseo verte muy nervioso…” – muerde sus labios.