Capítulo 8

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Narra Pilar

Suspiré hondo y miré a Alan que me miraba con preocupación.

¿Qué quieres? ¿Por qué has contactado conmigo?, lo tienes prohibido-- contesté y le acaricié el pelo a mi hijo.

Que forma de saludarme...podrías al menos decir hola.-- contestó

No, a vos nunca te volveré a saludar.-- hablé

¿No sabes que día es hoy Pilar?-- preguntó.

Claro que lo sabia....

Si--

¿Y no piensas venir a verme?-- siguió hablando-- Es mi cumpleaños; mamá hubiera venido.

Mamá...mi madre había fallecido hace 2 años. Fue por un ataque al corazón...cuando pasó aquello, pedí que avisaran a mi hermano.

Estaba en la cárcel, pero por lo menos merecía saber que su madre había fallecido.

Mamá no está axá para opinar de eso, pero estoy segura que tampoco hubiera ido.-- dije-- No fue en sus dos últimos años de vida, no iría tampoco en este.

Un golpe al otro lado provocó que mi corazón se acelerara.

Si va a venir...yo que se va a venir.-- habló como el loco que era.

Feliz Cumpleaños Manuel, ahora si no te importa voy a seguir disfrutando del día con mi familia.-- proseguí

¿Cómo está Alicia?-- me preguntó.

Ariadna...es Ariadna.-- repetí.

Desde que estaba allá la llamaba Alicia...maldita obsesión.

Para mi, siempre será Alicia.-- siguió.

Bien.-- dije para evitar discutir con él.

Me debe de echar tanto de menos.-- habló con tristeza.

Claro, como es eso en lo que más piensa....

¿Quieres algo más?-- pedí impaciente.

Hablar con él solo me traía malos recuerdos y si Ariadna volvía a escuchar su nombre, su voz...volvería a caer en el trastorno mental que tanto tiempo le costó superar.

¿Puedo hablar con ella?-- pidió

No, lo tienes prohibido. Con ella y conmigo.-- repetí

Quiero hablar con Alicia, quiero hablar con mi sobrina...ALICIA.-- se puso a gritar.

Me separé el celular y apreté los dientes.

Cuando hubo silencio al otro lado y solo escuché su respiración, volví ha hablar.

Adiós Manuel.-- le dije

Cumpleaños feliz...cumpleaños a mi...estaré hoy yo solo...-- se puso a cantar con una voz muy fina que me provocó un escalofrío.

Me dio tan mala espina que corté la llamada sin oírle terminar.

Miré fijamente la pantalla en negro del celular...

¿Mamá?-- dijo una voz sobresaltándome

Levanté la cabeza y me acordé de que estaba de rodillas.

¿Eh?--

¿Estás bien?-- preguntó Ari

Mi marido que estaba a su lado se acercó a mi.

Ari porque no te llevas al pintor de la casa a otro lado.-- le pidió Purre

Ella se me quedó mirando y yo intenté hacer una sonrisa, pero creo que fue más una mueca.

Mamá, te lo prometoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora