Capítulo 43

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Narra Tobias

Llamé al timbre de su casa y esperé.

Purre me abrió la puerta y suspiró con fuerza al verme.

Hola alcohólico.-- me saludó, yo rodé los ojos.

Hola suegro.-- le respondí con una sonrisa.-- ¿Puedo pasar?

Te diría que no, pero me hija me mataría, así que que remedio.-- contentó y se hizo a un lado.

Pasé por el umbral de la casa y Alan se asomó desde el salón.

¡Hola Toby!-- me saludó y yo me acerqué para despeinarle el pelo.

¿Qué hay enano?-- le pregunté y me enseñó el periódico. Estaba haciendo sudokus.

¿Esas flores son para Ariadna?-- habló de nuevo Purre que no me había quitado los ojos de encima.

Sí.-- respondí y se acercó para olerlas.

Vale, ¿a dónde vais?-- preguntó de nuevo.

A un restaurante cerca de acá.-- respondí.-- Es seguro.

Aja, vale. ¿se lo vas a decir hoy?-- suspiré hondo.

Sí, ya va siendo hora.-- y por una vez me regaló una sonrisa.

Purre sonriéndome. No había ocurrido eso desde que era pequeño.

Le costará entenderlo, pero acabará haciéndolo. Si te alegra saberlo intenté varias veces convencer a tus padres de que te quedaras en esta casa, pero tu madre me mandó a China y tu padre a Japón. No sé cual acabó más cansado de mis suplicas.-- me dio una palmada en el hombro.

¿El había hecho qué?

¿Enserio?-- sonreí agradecido y él asintió.-- Gracias por intentarlo.

Ya bueno, tampoco te creas que por hacer eso me caes bien de nuevo. Te sigo odiando por hacer sentir todas esas cosas a mi hija, pero no negaré que prefiero que seas vos a otro adolescente con neuronas alborotadas.-- yo sonreí. Estaba admitiendo que le caía decentemente bien.-- Y te repito, no me agradas ni un poquito. Solo lo hago porque mi hija te quiere. Y tampoco pienses que te echaré mucho de menos, es más te odiaré por cada lágrima que suelte Ari al extrañarte.

Aquello último me dolió bastante.

Haré que te creo suegro, pero ya veo que vas admitiendo mi futuro con tu hija. Espero que cuando tengamos hijos no les tires también a la piscina.-- él soltó una carcajada.

Vos no serás el marido de mi hija ni aunque yo me muera.-- sonrió.

Ya lo veremos.-- respondí.-- ¿Y vos con Luz que onda?

Parpadeó varias veces y se cruzó de brazos.

¿Cómo sabes que Luz...? -- no terminó, era más que obvio quién había sido.-- A vos no te interesa.

Aja, ¿ya habéis tenido una cita?-- volví a molestarle. Suspiró de mal humor y se acercó a Alan.

No te interesa.-- que situación tan divertida.

Yo me mordí la lengua y Alan le miró con mala cara. Fui a molestarle por tercera vez, pero una voz habló a nuestras espaldas.

Me encanta que os llevéis tan bien.-- ambos nos giramos.

¡Wow!-- dijimos Purre y yo a la vez.

Ari nos sonrió desde el marco de la puerta.

Estás...--comenzó Purre.

Hermosa.-- le interrumpí y me dio un golpe en el brazo.

¿Hermosa? Solo se te ocurre esa palabra en esa cabeza tan gorda que tenes. Siempre esta hermosa, ahora tendrías que decir que está espectacular. Me recuerdas tanto a tu madre hija, creo que voy a llorar.-- se emocionó.

Mamá, te lo prometoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora