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Christine fue trasladada de un momento a otro al quirófano, Raoul y yo seguimos a los enfermeros quienes nos informaron que la cesárea tomaria cerca de una hora pero que eso no aseguraba que Christine saliera sana y salva junto con el bebé... o que el bebé saliera sano y salvo.

Llegamos al quirófano en donde a Christine la inyectaron, lo que supuse era un medicamento para que no sintiera dolor, después le pusieron algo en la mano, de eso que normalmente te ponen cuando están administrandote suero o medicamento. Luego de eso a giraron levemente para poder ver su espalda y, después de limpiarla, la inyectaron varias veces, según el médico aquello que le inyectaron fue anestesia para que no sufriera dolor durante la cesárea.

Después de un pequeño momento volvieron a ayudar a Christine para que estuviese acostada boca arriba para poder comenzar con la cesárea, mientras limpiaban el vientre de Christine me giré hacia Raoul, su rostro se veía preocupado y como si fuera a vomitar o desmayarse en cualquier momento.

- ¿Estás bien? -Le susurre tratando de que Christine no escuchara, él negó- No te ves muy bien ¿estás mareado?

- Un poco -Dijo mientras asentía- Es la primera vez que veo el nacimiento de un bebé -Sonrió- Mi bebé

- Y porque es tu bebé debes calmarte un poco, respira y si sientes ganas de vomitar voltea hacia otro lado por unos segundos -Asintió.

Volteé hacia Christine esperando que Raoul pudiera estar calmado, el médico estaba dejando algunos algodones con sangre encima de algo que le tendia una enfermera mientras que el vientre de Christine ya se podía ver abierto.

Desvié un poco la mirada ya que estaba comenzando a sentir lo mismo que Raoul, esto es un momento lindo pero a la vez grotesco.

El nacimiento de un bebé debe ser una experiencia maravillosa para cualquier madre pero estoy segura que para mi no lo sería, viendo como sufrió Christine por las contracciones me hace saber que no seré tan fuerte como ella, solo pensar en ello hace que comience a sentir dolor en el vientre aunque no lleve nada dentro de este.

Algunos quejidos provenientes de Christine retumbaban por el quirófano, pero eran demasiado leves ya que ella se encontraba un poco inconsciente por la anestesia que le habían aplicado hace no mucho.

Volteé a ver a Christine esta se encontraba moviendo lentamente su cabeza de un lado hacia otro como si le doliera algo de manera muy leve, era extraño ver como alguien estaba teniendo a un bebé sin sufrir demasiado como siempre lo aparentan en la televisión.

Las enfermeras se acercaron de golpe al médico cuando este sacó la cabeza del bebé del vientre de Christine obstruyendo nuestra vista hacia lo que pasaba, me giré hacia Raoul y este comenzó a avanzar hacia la camilla sin pensarlo dos veces, quería ver a su pequeño bebé.

El llanto del bebé inundó la habitación mientras las enfermeras se retiraban lentamente para dejar que Raoul se acercara, cuando él estaba ya ahí respiré profundo y caminé hacia enfrente, deseaba conocer al bebé.

- ¡Es un niño! -Dijo el médico con emoción.

El doctor sostenía al bebé en sus brazos mientras este aún seguía unido a su madre, mi vista comenzó a volverse borrosa en el instante en que mi vista se topó con aquel pequeño individuo, era increíble poder ver a un humano tan pequeño y fragil, que hace unos momentos estaba dentro de su madre, moverse y respirar.

Todo el estrés que habíamos pasado al no saber que iba a pasar con el bebé ahora se a ido, es historia, una parte de mi se alegra de que el bebé este bien mientras otra aún sigue preocupada por Christine, las lágrimas de emoción y de alivio resbalan por mis mejillas mientras observo a aquel bebé moverse, es maravilloso lo que una mujer puede hacer dentro de ella.

De Vuelta en la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora