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¿Debo seguir lo que Raoul deseaba o debo cumplir lo que le había dicho a Erik?

Llevó haciéndome esa pregunta desde esta mañana que me levanté, ahora me encuentro desayunando junto a Philippe ya que Raoul se encuentra en su habitación, tal vez esté pensando en si asistirá o no a la obra.

- ¿Ya acabaste? -Pregunto cuando veo que Philippe se levanta de la mesa dejando a medias el desayuno, él solo asiente y toma los platos llevándolos hacia el fregadero.

- ¿Y papá? -Pregunta caminando hacia mi.

- Está en su cuarto, puedes ir a verlo si quieres -Sonreí.

Philippe sonrió y se acercó hacia mi lado derecho poniéndose de puntillas para poder depositar un ligero beso en mi mejilla derecha susurrando un "Te quiero mamá", sonrío mientras veo como Philippe corré hacia las escaleras y las sube con rapidez, es un buen niño.

¿Qué hubiera pasado si hubiera tenido un hijo de Erik?

No lo sé y aunque quisiera averigüarlo de todas maneras no pasó, el hubiera no existe, no es bueno estar lamentándose por las cosas que hubieran pasado, es mejor enfocarse en el presente y soñar con el futuro.

Tomé mis platos y los dejé junto con los que Philippe había dejado previamente en el fregadero, no los lavé ya que tenía que ir a mi cuarto.

Caminé hacia las escaleras y las subí con cuidado, ¿debo hacerlo? ¿debo asistir a la obra aunque haya cosas en ellas que aún me cuestan revivirlas?

Me detuve enfrente de la puerta de mi cuarto, tenía que decidir, hoy era el gran día y en unas horas será la presentación, no puedo seguir indecisa.

Tome el picaporte para después entrar al cuarto, respiré profundo y caminé hacia mi cama para dejarme caer en la misma.

- ¿Qué debo hacer? -Pregunté estampando mi rostro contra el colchón como si aquello me ayudara a decidir.

Una parte de mi anhelaba asistir, no e actuado en una obra durante hace años así que es un honor volver a hacerlo, pero otra parte no quería tener que sufrir lo mismo por una segunda vez.

El timbre de la casa sonó haciendo que levantara la cabeza apoyándome en mis manos, ¿será Erik?

Me levanté de la cama y salí casi corriendo hacia la puerta, pensar que quien estaba detras de la puerta era Erik me alegraba un poco aunque se que podría ponerme un peso más grande en mis hombros sobre que debo hacer en cuanto a la función se refiere.

Respiré profundo y tomé el picaporte para después abrir la puerta, con cuidado, descubriendo que efectivamente no estaba equivocada con quien era el que había venido a visitar.

- Erik -Dije para después sonreir- Buenos días

- Bonjour Abigail -Sonrió.

- ¿Qué haces aquí y tan temprano?

- Quería saber si...

Erik detuvo sus palabras y permaneció un momento en silencio como si se hubiera arrepentido de lo que iba a decir y estuviera buscando que otra cosa decir entre sus pensamientos.

- ¿Si? -Pregunté animándolo a que siguiera lo que sea que iba a decir.

- ¿Deseabas que los llevara hacia el teatro? -Dijo pero sonó más como una pregunta.

- ¿No es muy temprano?

Erik arqueó su visible ceja mientras con su brazo derecho subía la manga de su saco de la mano contraria, miró su reloj con detenimiento y luego soltó una pequeña risa.

De Vuelta en la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora