Día 15: Llanto

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Los monstruos, no son aquellas criaturas que nos cuentan las personas, los verdaderos monstruos somos nosotros. Seres que crecemos para destruir, para destrozar todo lo que tenemos a nuestro alrededor, o eso es lo que creía Remus de sí mismo.

Por el contrario, sus amigos ya le habían dicho lo contrario, para ellos Remus no era ningún monstruo y siempre se lo repitieron, no importaba en la situación en que se encontraban.

Remus recuerda esos días, porque hubo muchos de ellos. Sirius, que siempre sanaba sus heridas le repetía lo mismo; James le comentó que Snivellus era un verdadero monstruo y Peter solo se quedó un poco alejado de la situación.

Remus sabía que sus amigos lo apreciaban, pero la duda siempre estuvo en su mente.

¿Cuándo sus amigos le dejarían de ver como una persona y, lo verían como lo que realmente era?

Remus era un hombre lobo, era un monstruo que debería morir, entonces...

¿Por qué James había muerto primero?

¿Por qué Sirius había sido encarcelado?

¿Por qué Peter había sido asesinado?

Si él era el verdadero monstruo, ¿Por qué estaba libre? ¿Por qué no estaba muerto?

Después de años agonizando y andando por la búsqueda de una solución hacia el único de sus amigos que quedaba con vida; se presentó la oportunidad de dar clases en su alma mater. Al inicio Remus no quería aceptar, pero la intromisión de Dumbledore lo terminó de convencer.

Había visto a Harry, el hijo de James. Era un niño tan peculiar, tan único que esa noche en que lo vió, Remus se puso a llorar y la criatura de su interior también lo hizo.

Pero la vida era una jodida desgraciada que no dejaba ser feliz a nadie y eso lo demostró en el momento en que le hicieron recordar la clase de monstruo que era en verdad.

Meses después pudo tener cara a cara a Sirius, lo había extrañado tanto, tantos días y noches anhelando tenerlo a su lado.

Los dos se fundieron en un abrazo que se convirtió en llanto y luego risas mientras sus manos trataban de tocar el rostro del otro. Había sido mucho tiempo.

—Sirius...

—Por Merlín Rem, has crecido mucho y ahora estas más bello que nunca.

Los jadeos de emoción, la risa relajada. Remus lloró para que todo no fuera un sueño nuevamente, no quería cerrar sus ojos pensando que era un sueño nuevamente.

—Sirius, ¿estás aquí? No sabes lo que te he extrañado.

—Todo va a estar bien Remy, ahora estoy aquí para ti.

El chico de los ojos miel creyó las palabras de Black y se aferró a la promesa de que estarían juntos por un largo tiempo, no había lágrimas, solo sonrisas.

Pero cuando Bellatrix lanzó ese hechizo, Remus quiso morir en ese momento, pero la prioridad era proteger a Harry, luego venía él, sus sentimientos al ver irse a la persona que amó, un dolor comenzó a inundar su ser, las lágrimas se acumularon sin privacidad, los jadeos de dolor, no había palabras para describir lo que sintió.

Al día siguiente cuando el lobo apareció, sus aullidos fueron fuertes y desgarradores, la bestia estallaba en llanto por la manada que había perdido, un llanto que rompería vuestra alma, porque en el sonido encadenaba el dolor de su llanto.

31 HISTORIAS ANTES DE LLORARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora