31 HISTORIAS ANTES DE LLORAR

Día 10: Premonición

Cuando despertó, había tenido un presentimiento, una vista de un futuro que no quería que llegara y aun así, su corazón le gritaba que pasaría más pronto de lo esperado.

Draco despertó al lado de Harry como cada mañana; después de intentar una relación por cinco años, habían dado el gran paso de tratar de vivir juntos y habían sido dos años tranquilos, en verdad todo parecía un sueño que ambos vivían.

Claro que ambos hombres habían tenido sus altibajos, unas cuantas peleas con gritos y uno que otro momento donde se habían lanzado hechizos. Blaise había jurado que era casi un milagro que alguien lograse soportar al último Malfoy de la historia.

Levantándose de la cama, se agarró la cabeza, no le gustaba tener aquella sensación, la última vez que la tuvo fue cuando sus padres murieron y Draco, no estaba dispuesto a pasar una temporada solo nuevamente.

Esa mañana Harry tendría que ir a una misión con el cuerpo de aurores, era una misión simple de ver una de las mansiones antiguas que había servido como refugio a los mortífagos en tiempos de guerra, Draco no estaba tranquilo, el chico de ojos verdes lo sabía por el ambiente que había en la habitación.

—Draco, solo es una misión de reconocimiento con los chicos, no voy a demorar mucho.

—Lo sé, pero tengo una sensación extraña, como una premonición y no me gusta esto.

—Cuenta cual es, Molly siempre dice que cuanto tienes ese tipo de premoniciones es mejor tocar madera tres veces y luego contarlo a alguien, soy todo oídos amor.

El peliplatino suspiró y se paró abrazando a Harry, una acción que no era muy común en él, pero solo Potter tenía el privilegio de ver, porque sabía que el otro había sufrido lo mismo, la vida no había sido justa para ambos.

—Vi que estabas a mi lado...—comenzó a narrar. —estabas ahí y a la vez no, era extraño Harry, por favor prométeme que volverás a mi sano.

—Lo prometo.

Dos días después, Draco aún no tenía noticias de Potter. La desesperación comenzaba a echar sus raíces en su interior, esperaba que sus presentimientos no se hicieran realidad. De repente la chimenea sonó avisando que alguien estaba por entrar, Draco pidió a Merlín que sea Harry, no le importaba que tuviese unos raspones en la cara con tal de tenerlo completo, pero la persona que entró por la chimenea no era la que esperaba.

Con el cabello rojo enmarallado y sucio, la ropa con varios huecos y raspones en la cara, Ron se presentó, en su cara se podía leer claramente las noticias que traía y Draco esperó que no fueran verdad.

—Lo siento...—la voz de Weasley había sonado cansada, dolida; cargando un peso que ya no podía llevar. Draco solo lo golpeó en la cara y se dirigió a la chimenea para estar al lado de Harry.

Cuando llegó se dio cuenta que las enfermeras y medimagos corrían por todos lados, supo que no fue una misión de reconocimiento, los aurores asignados habían sufrido un ataque sorpresa por parte de los seguidores de Voldemort, el ataque había sido bien planeado y ellos acertaron perfectamente en el objetivo.

Draco sintió como su mundo se derrumbaba nuevamente cuando vió el cuerpo de Harry y, aunque el medimago le aseguró que estaba vivo, el chico de ojos verdes no despertaba.

Después del accidente, Draco tuvo que vivir una pesadilla buscando una poción que lograra despertar a Harry, tratando de encontrar a un pocionista que parecía que la tierra se lo había tragado.

Solo le quedaba aferrarse a la esperanza de tenerlo nuevamente despierto a su lado.