Día 18: Ira

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La ira era uno de los pecados de la humanidad, uno que podía cegar todo sentido para luego arrepentirnos por los hechos sucedidos.


Harry sabía que era una persona explosiva cuando la gente hablaba de asuntos que, según él, no son de su interés. Para él, el tema de casarse era uno que lo hacía enojarse, en especial cuando mencionaban a Ginny como la futura Lady Potter. La chica era la hermana de su mejor amigo, por nada del mundo se metería con ella, es un código sagrado entre amigos.

Saliendo de la última reunión que había asistido con algunos aurores, Harry caminó por la calle tratando de tranquilizarse, estaba harto de toda esa palabrería, solo quería reunirse con amigos y beber algo, no sentarse a hablar como viejas chismosas.

Entonces, en medio de la gente que caminaba por el callejón Diagon vio una cabellera color platino, un porte recto y elegante. Harry supo entonces que Draco Malfoy estaba planeando algo y el, lo iba a impedir.

Utilizando su entrenamiento como auror, lo siguió a pasos lejanos pero no lo suficiente como para perderlo de vista. Vio como Malfoy entraba a la tienda de Sortilegios Weasley y se quedaba hablando largo rato con los gemelos dueños del emporio.

Draco salió del local satisfecho con su pedido, sin duda esos alborotadores gemelos cumplían su palabra, creyó que ya era hora de acabar con el juego del súper espía.

—Potter, es mejor que salgas, no me gusta un acosador siguiendo mis pasos.

— ¿Cómo supiste que era yo? —preguntó Harry saliendo debajo de su capa de invisibilidad.

—Por Merlín Potter, tus pasos son bastantes ruidosos, ¿acaso no tomaste las clases de espionaje en la academia de aurores?

Harry sintió ruborizarse, era increíble como ese chico lograba sacarlo de sus casillas y volverlo a recomponer para que se olvide de todo el mundo y toda su atención vaya directamente hacia él.

—Soy el mejor para que lo sepas. —dicho eso, Harry volvió a ponerse su capa y desapareció.


Así transcurrió una semana en que vio a Draco con la misma rutina y a esa le siguieron otras cuatro, cuando supo que no conseguiría nada con la recolección de datos, fue directo a encarar a Malfoy.

— ¿Qué es lo que planeas Malfoy? —preguntó Harry.

—Conquistar el mundo con las bromas de los gemelos.

Harry sintió la cara arder, Malfoy solo estaba organizando una fiesta para el cumpleaños de su hijo.

—Yo...realmente lo siento.

—Típico de los Gryffindor, atacar antes de preguntar.

— ¿Cómo puedo disculparme?

—Invítame a cenar, en el restaurant que yo elija.


Entonces paso, una charla y una comida bastaron para que ambos enemigos de la escuela, pasaran a ser rápidamente amigos y posteriormente a algo más. Harry se preguntó si la palabra novios podía usarse con ellos.


Para la siguiente reunión que tuvo con el grupo de viejas chismosas, anotando a su costado el nombre de 'aurores', se dio cuenta que ya no le producía tanto enojo el hecho que mencionaran a una futura señora Potter, solo que Harry lo pondría como ''señor'' Potter, tal vez en su cita de esta noche con Draco le preguntaría si quería ocupar el puesto de ''futuro señor Potter'' al lado de su apellido.


Terminada la reunión, salió lo más rápido posible para ir al restaurant en que había acordado encontrarse con Draco, cuando volteó la esquina del restaurant, en los grandes ventanales que daban al segundo piso vio algo que no esperaba ver.

Su dragón se estaba besando con otra persona.

En ese momento sintió como un balde agua fría caía sobre él, y como un fuego comenzaba a prenderse en su cabeza. Caminó a paso firme hacia el restaurant y sin el uso de su varita se apareció al lado de la mesa de Draco, agarró de la chaqueta al otro hombre que tocaba a su dragón y le dio un puñetazo directo a la cara.

— ¡Lex! — gritó Draco, el auror al ver como su pareja se preocupaba por el otro, sintió una ira tremenda de querer destruir todo el lugar, pero primero se encargaría de descuartizar a ese tal ''Lex''

—Draco...

—No es lo que piensas Harry.

—Mentiroso. —Harry contestó susurrando, sintiendo como una bola amarga se subía a su garganta y se atoraba en su boca. —Dijiste que tú...

—Puedo explicarlo Harry, este tipo —dijo señalando a Lex. —me besó a la fuerza, puedes ver mi mente si es que no me crees.

Harry sabía que Draco nunca solía darle explicaciones como esa, leer la mente de Draco era algo que nunca había hecho, pero si él se lo permitía era por un buen motivo, al final debía confiar que era verdad lo que Draco decía.

—Draco vayámonos de aquí. —dijo tomando la mano de Malfoy.

—Si. —es lo único que Draco contestó tomando la mano de Harry y desapareciendo en el proceso.


La gente del restaurant comenzaba a murmurar lo que había pasado, el auror Potter había golpeado a otro mago de una forma muggle, era toda una humillación para el mago caído. Pero de pronto se volvió a oír el sonido característico de una aparición.

—No te vuelvas a acercar Draco —dijo Harry lanzándole un hechizo que volvió la cara del otro mago en morado con varios granos con punta amarilla.


Después de todo, no es bueno la ira de Harry Potter.

31 HISTORIAS ANTES DE LLORARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora