Capítulo 11: Tormenta

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Cuando su mano fue sujetada suavemente por la morena y fuerte mano del ex Slytherin, sintió como todo un remolino de sentimientos emergía de su interior; sin duda, estaba arruinado.


Una vez a la semana solían juntarse algunos chicos que pertenecieron a Gryffindor; pero hoy, sería una excepción. Neville tendría que estar solo el día entero. Harry, desde su boda había estado pasando más tiempo en casa, supuso que aun estaba en su propia luna de miel con Draco y los hijos de ambos antes que Hogwarts empezara. Ron estaba disfrutando de su hijo menor, sería el último que tendría después de todo.

Los otros chicos que esperaba, también habían cancelado la cita misteriosamente; aburrido salió del café en que se encontraba en el mundo muggle. Caminó despacio pensando en cómo pasar el tiempo, cuando recordó que en la mañana había leído El Profeta y anunciaba una tormenta en el mundo muggle, Neville no estaba listo para mojarse y no podía aparecerse así por así en su casa.

Quiso darse prisa cuando la lluvia comenzó a caer, los primeros truenos y rayos comenzaban a oírse y de la nada, tropezó con una alta figura oscura frente suyo.

—Disculpe, no lo vi.

—No es necesario Longbottom.

Neville no pudo reconocer la voz, pero si la otra persona conocía su apellido, supuso que sería alguien de Hogwarts.

— ¿Sabes dónde hay un punto de aparición?

—Estoy por ir a uno. —Respondió el león — ¿Quieres acompañarme?

—Si.

Ambos hombres caminaron con prisa, tratando de llegar lo más rápido a aquel punto para regresar al mundo mágico.

Cuando cruzaron la pared, la lluvia se había detenido, Neville secó su ropa con su varita y por fin pudo ver el rostro del que lo acompañaba.

—Veo que por fin aprendiste a usar tu varita adecuadamente.

—Zabini...

—Es mi apellido, no lo gastes.

Listo, Neville no tenía por qué aguantar a otro Slytherin que no fuera Draco, ya había tenido mucho de ellos en la escuela y preferiría no estar al lado de otro sin saber en que planeaban.

—Espera león, ¿ya te quieres ir?

—Tengo cosas que hacer.

— ¿Sabes que mentir no es bueno? Que dices si sales un momento conmigo a pasear.

Las alarmas comenzaron a sonar por su cerebro, era mejor si salía de esta situación de inmediato. Pero Blaise había cogido la mano de Neville, haciendo que toda una corriente eléctrica pase por su cuerpo. Ese fue el momento en que supo que tenía que mantenerse lo más lejos posible de él.

—Hey pequeño gato, ¿estás perdido?

Si tocar la mano del moreno lo habían hecho sentir una corriente eléctrica, escucharlo decir aquellas palabras con tanta calma, casi como si ronroneara las sílabas, era el claro anuncio de que una horrible tormenta se acercaba a su vida.

Neville definitivamente tenía que salir de ahí.

— ¡Neville! —pero la voz de Harry se oyó, provenía de una librería, él se encontraba con sus hijos.

— ¡Tío Blaise! —ver la figura del pequeño Scorpius correr hacia el chico moreno que le seguía no fue una sorpresa, pocos sabían que Blaise era el padrino de Scorpius.

El Gryffindor busco refugio en Harry, sabía que la situación lo superaría si continuaba con Zabini, era mejor estar rodeado de leones a permanecer otro minuto con una serpiente.

—Scorp no corras. —la inigualable figura de Malfoy salió de la librería también, con ese porte que gritaba a todo el mundo lo elegante que era.

A Draco le bastó menos de un minuto para ver lo que ocurría; Longbottom cerca de Potter, Blaise con Scorp, sabía que su ex compañero de casa no estaría en una calle como esta así por así, la única razón era que había venido por alguien y ese alguien era sin duda el amigo de su pareja.

Sonriendo, quiso darle un consejo al amigo de Harry. —Estas jodido Longbottom. —la voz de Draco destilaba peligro por todos lados, y la mirada que se cargaba era una que no había visto en Malfoy desde que estaba en sus primeros años, cuando la vida era más fácil. —Acabas de llamar la atención de Blaise, yo que tú me cuidaría la espalda, u otra parte de tu cuerpo.

Un escalofrío logro erizar toda su piel, las advertencias del Slytherin no eran en vano, una vez ya lo había comprobado. Sus ojos se dirigieron al más alto viendo como de su brazo se colgaba Scorpius, los ojos castaños lo vieron, y Neville comprobó que la mirada de Blaise gritaba que ya había encontrado a su presa.


El sonido inexistente de su corazón fue el inicio de una fuerte tormenta que se avecinaba.

—Estoy jodido

31 HISTORIAS ANTES DE LLORARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora