Día 21: Niebla

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Ella era como la niebla, transparente y etérea, tranquila y silenciosa, hermosa a la vista de algunos, y cautivante para sus ojos.

Draco había llegado a apreciar a pocas personas en su vida; todas claro estaba, pertenecían a algún estatus social que mantener en la aristocracia del mundo mágico. Por lo cual, todos sus amigos debían ser del mismo nivel en que él se encontraba y, por supuesto que sus padres esperaban que la esposa de Draco, sea también de ese mismo nivel.

Más las cosas no salen como uno quiere y, Draco trajo un día a la mansión Malfoy a una joven de largos cabellos rubios y ojos grises, al principio Lucius se había quedado algo sorprendido al ver a la mujer que trajo su hijo, más su rostro no expresaba lo que pensaba en ese momento.

—Padre, te presento a Luna Lovegood, mi futura esposa.

Después de tres meses, el patriarca de los Malfoy había terminado por aceptar a la novia de su hijo, estaba al menos seguro que pronto vendría una siguiente generación de Malfoy, solo esperaba que no heredaran la peculiaridad de la futura señora Malfoy.

Al menos Lucius estuvo contento por no tener una nuera Gryffindor.

Para Draco, conocer a luna Lovegood había sido una caricia en su vida después de la batalla de Hogwarts, quien hubiera pensado que él se terminaría por enamorar de la lunática de la escuela, pero lo que sentía por ella era algo más fuerte que todas las ideas que le habían inculcado desde su infancia.

Él simplemente la amaba y quería hacer todo lo posible para estar a su lado, aunque muchos de los amigos de Luna pensaran lo contrario.

Un día, cuando ambos paseaban por uno de los bosques de Rumania, invitación de Charlie Weasley; se dieron cuenta de lo maravilloso del lugar, todo era tan verde y lleno de flores, hasta resultaba gracioso pensar que todo ese lugar le pertenecía a los dragones, pero de la nada comenzaron a sentir frío. Draco sabía lo que vendría, lo había sentido también en la época en que Voldemort ocupaba su mansión, eran dementores.

El aire pareció congelarse, una misteriosa neblina comenzó a rodearlos y en medio de eso, la figura imponente de un ser cubierto por una larga túnica negra apareció. Pero antes de si quiera intentar sacar su varita para convocar un patronus, Luna había levantado su propia varita lanzando un hechizo sin pronunciar palabra, apareciendo así la figura de un thestral.

El dementor huyó cuando vio al caballo espectral danzar, Draco sabía que antes el patronus de Luna había sido una liebre, pero ella había cambiado al igual que su patronus, un día le preguntó el porqué de ese hecho y ella sonriendo como siempre, solo le respondió –porque yo cambié-

—Luna —dijo, más la chica solo sonrió tranquila y volvió a comenzar su propia marcha.

—Draco vamos rápido, quiero ver a los dragones antes que se vayan a dormir.

Ahí parada, Draco pensó que Luna era como la niebla que los rodeaba, transparente y etérea, tranquila y silenciosa, hermosa a la vista de algunos, y cautivante para sus ojos. Pero, por más que quería tocarla, esta parecía simplemente desaparecer. Una figura que parecía desvanecerse en cualquier momento.

31 HISTORIAS ANTES DE LLORARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora