|31|¿Marca de nacimiento?|

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Capítulo 31

"¿Marca de nacimiento?"

Miley

—¡Auch! ¡Duele! —dije quejándome del dolor que provocaban las cortadas en mis pies.

—Si no te moviera, no te dolerían tanto —dijo TaeHyung mirándome, yo suspiré y desvíe la mirada.

Nos encontrábamos en la sala de mi casa, justo sentada en el sofá de esta, con mi pie derecho levantado levemente, pues TaeHyung se había ofrecido a curar mis heridas. Lo negué al instante, pero insistió demasiado.

Miraba cada movimiento suyo, trataba con demasiado cuidado cada una de mis heridas, y por último, vendaba con cuidado mi pie.

—¡Ay! —volvía quejarme, pues había apretado un poco la venda, su reacción fue otra.

—Lo siento —dijo, lo mire atenta, y al fin, había terminado de vendar mi pie.

Se levantó del piso, pues estaba arrodillado, suspiro y comenzó a guardar las cosas en el botiquín de primeros auxilios. Lo miraba atenta, aun seguía sin entender, sin asimilar que por fin, estaba cerca mío, que estaba a unos centímetros de mi.

Se alejo un poco de mi, pues dejó en la mesita del living el botiquín, suspiro y me miró, de sus labios salió un "Bien, creo que, debo irme".

O al menos eso creo que dijo, no prestaba atención a lo que decía, lo miraba con atención, de su cabello caían leves gotas de agua, claro de la Lluvia, y este se encontraba ligeramente despeinado, su rostro, cada detalle, cada rasgo de este, me parecían de lo más atractivo, sus lindos ojos, que representan su alma pura, su nariz respingada, sus lindas mejillas y sus labios de un rosa ligero, lo hacían ver de lo más perfecto, quería, quería yo... En realidad, no tenía idea de lo que deseaba, simplemente de mi ser, salieron, unas cuantas lágrimas, al verlo, de ese modo, y después, de lo que pasó...

—Oye, Miley, ¿estás bien? —dijo acercándose rápidamente a mi, oculte mi rostro con mis manos, no tenía la intención de que me viese de ese modo.

—E-estoy bien, no te, preocupes —dije lloriqueando, con a voz entre cortada. TaeHyung nuevamente se rodillo para estar a mi altura.

—Oye, ¿por qué lloras? —dijo con un tono un poco más sincero, no se le notaba demasiado la seriedad.

No tenía intenciones de decirle lo que me ocurría, y aunque pudiera, ni yo se lo que me ocurre, solo se, que verlo junto a mí, de algún modo, me pone de esta manera.

—No, no es nada, solo, me duele mi pie —mentí, fue el primer pretexto que se me vino a la mente, y al parecer se lo creyó.

—Bien, en ese caso —suspiro y quito mis manos de mi cara. —Me quedaré un poco más, deberías descansar —se puso de pie. —¿Prefieres estar aquí, o en tu habitación? —dijo mirándome.

Me extrañaba su actitud, parecía distinto, de ser completamente serio, pasó a ser de lo más comprensivo, no tenía la intención de que se quedara, el simplemente lo quiso.

—S-supongo que, en mi habitación —dije limpiando mis lágrimas, y desviando la mirada.

—Bien, te ayudaré a subir —dijo, me ayudó a levantarme y lentamente subimos.

Estando en mi habitación, me recostó rápidamente en mi cama, suspiro y me cobijo, miró con detalle mi habitación, parecía que le llamaba la atención. Esta era realmente única, en las paredes, había millones de dibujos que había hecho de pequeña, y la mayoría trataban de mi hermano, también habían varias fotografías de mi familia (mamá y SeokJin) más sin embargo, ni una sola de... Papá.

Bajo el árbol del otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora