• 06; Si la responsabilidad es de uno, hazte cargo.

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Parecía que la guerra había estallado en ese día.

Para su suerte, madame Pomfrey le había aplicado un buen ungüento que le había ayudado con la mayoría de su dolor de costillas. Aún le dolía, algo, pero no tanto como el día anterior donde estaba llorando de coraje ya fuese por dolor o enojo por su maldito descuido.

Tanto había hecho sus malditas fechas que el mismo jodido día donde había comenzando a volver a tener sexo con Potter, el muy idiota lo dejaba preñado.

Quería aventarse de la torre de astronomía pero solo lo habían dejado salir de la enfermería para poder acudir a la oficina del director. Solo había podido pasar a cambiarse por una túnica descendente acompañado en todo momento de Snape quién en todo el camino no le había dirigido ni una sola palabra. Ni siquiera para decirle que había puesto en la carta hacia sus padres ya que este había sido el encargado de mandarlos a llamar.

Eso solamente hacia que se pusiera más nervioso mientras caminaba a su lado con cierto paso lento. Sus costillas aún no estaban muy bien del todo, tenía que tener reposo. Nada de Quidditch, vaya.

Por lo menos habían ganado por mayoría de puntos.

Tuvieron que decirle la contraseña a la gárgola y se adentraron a las escaleras que rodaban en espiral hasta quedar enfrente de la oficina. Su padrino abrió la puerta dejándolo que pasara, pero el se quedó en shock al ver a Potter con sus padres.

Al voltear se topó con el pecho de su padrino, no tuvo más remedio que volver a darse la vuelta e ingresar a la fuerza. Muy a su pesar.

Caminó casi hasta la esquina como si todos en aquella oficina se lo fueran a comer con cualquier movimiento falso que hiciera. Aunque sabía que estaba exagerando, pero así se sentía. Ni que decir de la mirada de Harry, así que después de una semana le volvía a ver.

—¿Y como se que ese hijo es de Harry? —dijo James Potter cruzado de brazos.

Tuvo que morderse la lengua para no soltar lo primero que se le viniera en mente.

—Ambos han admitido que son responsables de los hechos, haciendo cosas indebidas en el colegio más que nada y en horas que todos deberían estar en sus casas, Potter —dió gracias a Merlín que su padrino hablará— pero si dudas. No habrá problema que podamos pedir una prueba...

—Si es mío —dijo Harry callando a ambos adultos antes de que pelearán hasta por respirar—, él, solo ha estado conmigo.

Se le quedó mirando, quizás queriendo comprobar que eran ciertas sus palabras pero por lo menos tenía que agradecerle que no se había echado para atrás al conocer el asunto.

No tuvo más remedio que asentir y bajar la mirada.

—Si ese hijo es de Harry, entonces no queda más que se haga cargo —Lily sonrió quizás igual de apenada con Draco y molesta con Harry.

—Pero debemos esperar a..

Dumbledore se vió interrumpido cuando la puerta de la oficina se abrió de forma brusca dejando ver a aquel hombre que en ese momento Draco no quería ver ni en pintura.

Lucius Malfoy había aparecido con su esposa detrás de él, el hombre lucía bastante molesto, humillado e indignado. Recorrió con la mirada a todos hasta dar con su hijo que se estremeció de pies a cabeza al sentir la frialdad de su mirada llena de desprecio que jamás creyó llegar a conocer algún día.

—Ah, Lucius —Dumbledore junto sus manos sin quitarle la vista de encima— llegas un poco tarde.

No respondió, avanzó hacia Draco sin desviar la mirada hasta detenerse a escasos centímetros.

Cuando me recuerdes;      [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora