• 03; Todo está bien, eso crees.

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Evitar a Harry Potter era lo peor que podía hacer en toda su maldita vida escolar.

Iba a las mazmorras ahí estaba, se le ocurría ir al baño de prefectos y él también estaba ahí solo por ser capitán del equipo de Quidditch. Intentó evitarlo en el comedor, gran error, ya se hallaba ahí, mirándole con cierta distancia. Ese día no era la excepción. Le tocaba entrenamiento con el equipo de Slytherin y los Gryffindor iban bajando de sus escobas al haber acabó su entrenamiento.

Le dió una rápida mirada a Blaise quién iba peleando con Crabbe por una simple rana de chocolate. Eso se le hizo más importante en ese momento.

—¿Malfoy?

Se detuvo al pasar a su lado y ser nombrado. Su equipo siguió avanzando pero algunos se detuvieron para esperar a su capitán.

—¿Qué? —dijo secamente recargandose de su Nimbus.

—Todavía necesitamos entrenar —y en aquella mirada pudo ver un brillo malicioso.

No supo si le estaba hablando en sentido figurado o solo se lo estaba imaginando.

—Hay un horario, no voy a cancelar nuestro entrenamiento solo porqué son unos mediocres que no les alcanzan dos horas.

Le dió la espalda para acercarse hasta su equipo que esperaban pacientemente pero que le daban malas miradas a Potter solo por ser el enemigo, no quería que lo vieran con este o todo le saldría peor si llegaba a oídos de su padre que se estaba haciendo amigo de un Potter.

Ni siquiera se dio cuenta que el chico se había ido a las gradas cuando comenzó a explicar la nueva táctica para el siguiente partido que tenían contra Ravenclaw.

Voló a lado de Blaise mirando a todos quiénes hacían un buen trabajo.

El guardián era un chico de sexto que era demasiado bueno en sus reflejos ni se estaba dejando meter fácilmente las Quaffle. Los bateadores eran nada más y nada menos, que los gorilas de Crabbe y Goyle quienes parecían disfrutar de intentar golpear a alguien con las Bludger. Los tres cazadores eran uno de séptimo, y dos de quinto que habían quedado en la nueva selección del equipo. Mientras tanto, él tenía el papel del buscador pero por el momento su intención no era atraparla porque quería que todos practicarán lo suficiente como para derrotar a los creídos de Ravenclaw.

Fue hasta ese momento que se dió cuenta de cierto miope que lo estaba mirando muy divertido desde la comodidad de una de las gradas. Había pocas chicas que se tapaban los rostros apenadas cuando el giraba, pero a quien miraba no era a ellas. Era a él. ¿Que se supone que hacía ahí?

Tuvo las intenciones de volar hasta donde estaba pero se contuvo sosteniendo con fuerza el palo de la escoba y volteando a ver hacia Blaise quién había logrado meter un gol. El guardián trató de contener su enojo, pero se notaba.

Ante su vista vió el resplandor de la Snitch pasar enfrente suyo, así que prefirió ir detrás de está para tener una excusa de no mirar constantemente hasta donde estaba Potter. 

La siguió pensando que tal vez la iba a poder atrapar antes de tiempo, quería ser mejor que Harry al hacerlo. La siguió esquivando a los cazadores de su equipo quienes seguían metiendo gol o no lo hacían. Pudo haberla atrapado, pero se detuvo abruptamente cuando vio que está había ido directo hacia quién menos quería ver. Y el muy imbécil había estirado la mano para tomarla entre sus dedos muy fácil.

—Mierda...—susurró volando hasta este deteniéndose a un lado de la grada.

Harry se puso de pie para acercarse, le estiró la Snitch para que pudiera tomarla pero el se la arrebató nada contento porque había interferido.

Cuando me recuerdes;      [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora