Capítulo 3

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La parada de Iker Casillas a Robben en el mundial define perfectamente lo que es la vida; como tres o cuatro centímetros pudieron cambiar la historia.


Al llegar a casa preparamos juntas la cena, una rica merluza con salsa verde, y después comimos los cuatro juntos, como casi todas las noches que a mi padre no le toca guardia. Él es un hombre alto, atractivo a pesar de sus canas, aunque con un poco de barriga cervecera. Es tranquilo, paciente y aficionado del Real Madrid. Ama su trabajo como el que más y ha intentado que alguno de sus tres hijos sea médico, pero no ha tenido suerte. Mi hermano es diseñador informático. Mi hermana prefiere la educación y psicología, y yo voy por la rama de las letras. A pesar de eso, he de reconocer que me enganchó a Hospital Central y por un momento me replantee ser enfermera, pero ver la sangre u operar no es lo mío, lo tengo comprobado desde que mi hermana una vez me puso un vídeo de una operación de corazón. Gracias, Penélope, por destruir mis ilusiones.


Una vez que terminamos la cena y, las conversaciones sobre nuestro día de chicas y su trabajo se disipan, me encierro en mi cuarto y me pongo a charlar con las chicas por whatsapp. Éstas no se habían olvidado de la chica de ayer, así que pensé que sería divertido (para ellas, no para mí) contarles lo que me había pasado esta mañana. Ellas, como había pensado, se estuvieron riendo largo y tendido. Siendo sincera, yo sigo sin verle la gracia, seguro que si les pasa a alguna de ellas me entendería perfectamente, pero claro, cuando le pasa a otra que no eres tú lo divertido es reírse.

 -I: Pero entonces vas a hablar con ella? -pregunta Isabel.

 -C: No! Bueno, no quiero hablar con ella, pero si insiste en mandarme mensajes no tendré más remedio que contestarle, ya sabéis que después de ignorar a alguien me siento mal, aunque sea la persona que más odie en el mundo.

Es una realidad. Tonta, sí, pero realidad. Y la verdad es que es algo que odio de mí misma, por ser así me he llevado muchos fiascos con gente que creía que eran buenas conmigo, pero que después me han dado la estacada, y aun así he sido capaz de perdonarles hasta el punto de ayudarles cuando, meses después de no hablarme, me han pedido ayuda. La gente cuando conoce esta parte de mí se suele sorprender porque no pega mucho con la personalidad que muestro de cara a los demás, pero es que soy muy diferente a como me suelen ver. Después de tanto palo he aprendido a ponerme una coraza para evitar el mal ajeno, aunque no siempre lo consigo. Y en parte tengo miedo de que las intenciones de esta chica no sean tan buenas como aparenta y acabe burlándose de mí, por eso desconfío tanto.

 -Mt: Le vas a dar una oportunidad entonces? -quiere saber Maite.

 -C: Claro que no! NO me gusta!!

 -Mb: Normal, cómo te va a gustar con la de tíos buenos que hay en el mundo -interviene Maribel con un comentario que me parece bastante desafortunado, pero que prefiero obviar.

 -Mt: Eso no tiene nada que ver -Para mi alivio interviene Maite-. Si le gustan o le dejan de gustar los chicos es su problema. Lo que importa es saber qué esperas hacer con esa chica. Por lo que has contado parece muy segura de sus intenciones, le gustas y va a saco a por ti, pero si tienes tan claro que no es lo tuyo trata de dárselo a entender las veces que haga falta. Si sigue sin enterarse es tan fácil como bloquearla y no saber más nada de ella.

No puedo estar más de acuerdo con las coherentes palabras de Maite, suerte que la tenemos a ella en el grupo, porque como tenga que esperar a recibir buenos consejos de Maribel o Isabel...

 -C: Gracias, Maite!! Es lo que tenía pensado hacer si no me queda más remedio, espero que se le pase pronto la tontería de querer tener algo conmigo.

Yo te vi pasar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora