Capítulo 29

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Tú me miraste y me coloreaste los ojos.


Durante el camino en autobús me he convencido para olvidar la pelea con mi hermana y centrarme en la de cosas que tengo que explicarle a Ezra referido al mundo de Harry Potter, tengo que conseguir que se convierta en una fan.

Una vez que llego al lugar, encuentro a Ezra mirando el mural promocional de la exposición donde pone desde cuándo hasta cuándo estará abierto. Ver escrito en grande "La Magia de Hogwarts" me hace sentir como en casa, crecí con esta saga y pagaría lo que no tengo porque fuera real. Lástima que no sea así.

 -¡Hola! -la saludo con una alegría que creí perdida después de la pelea con mi hermana.

Sigo sorprendiéndome de cómo puedo pasar de un estado de humor a otro solo con ver a Ezra, aunque hoy también tiene culpa la magia. Ella se vuelve para verme y avanza hacia mí. En cuanto veo sus intenciones de darme un beso, doy un paso atrás, provocando un gesto de seriedad en ella. Hay gente alrededor. Mucha. Ezra prefiere callarse, pero su enfado es latente y me hace sentir mal.

 -Ya he comprado las entradas -dice sin mirarme y tendiéndome una de ellas.

Yo la cojo, pero además, agarro su mano y doy un leve tirón en mi dirección para luego buscar sus labios y besarlos. Algo escueto y rápido, pero suficiente para hacerle cambiar el gesto a Ezra. Nada más separarnos, no puedo evitar echar una mirada a nuestro alrededor, varias personas nos han mirado y eso me pone nerviosa.

 -¿Entramos? -dice Ezra, abriéndome ya la puerta para adentranos a descubrir la magia.

Al principo, ella trata de coger mi mano, pero como hice la última vez, me deshago de ella mirando con disimulo a las personas que nos rodean, comprobando que no nos han visto esta vez. No me gustaría que pensaran que somos pareja. Aunque lo somos. Dios, soy patética. Esta vez, Ezra no pone mala cara y se limita a seguir andando como si no hubiera pasado nada.

La primera habitación a la que entramos está llena de carteles muy grandes de las portadas de las películas. Sin dudarlo, me pongo a hacer fotos a todas, incluida la de Animales Fantásticos. De momento, Ezra no parece sorprenderse con lo que ve, simplemente se ríe con mi comportamiento friki/infantil.

En la siguiente sala donde entramos encontramos varias mesas con distintos objetos de las películas, como por ejemplo, varias máscaras de mortífagos, el mapa del merodeador, o una mesa exclusivamente de herbología con las plantas que aparecen en las películas. Al fondo de la sala vemos los tres aros del campo de Quiddtich con varias snitchs doradas alrededor. Tras los aros, dibujados los escudos de las cuatro casas. Sin pensármelo, le hago foto al escudo de Ravenclaw, mi casa.

 -¿Qué son estos escudos? -me pregunta Ezra.

Es hora de ponerme en modo profesora del mundo Harry Potter y comenzar a explicar lo que es cada cosa.

 -Son de las cuatro casas de Hogwarts: Slytherin, Ravenclaw, Gryffindor y Hufflepuff.

 -¿Dividen a los alumnos en grupos?

 -En casas, sí. Según su personalidad.

 -¿Y tú eres...?

 -Ravenclaw, la casa de los sabios -respondo con orgullo.

 -Y ¿yo cuál sería?

La miro dubitativa y me pienso bien la respuesta. No es una hufflepuff, ella destaca demasiado y siento decirlo por ellos, pero suelen quedarse siempre en segundo plano. Ezra no soportaría eso, quizás...

 -Slytherin.

 -¿Los verdes? Yo soy del Sevilla, ¿eh? Prefiero los rojos.

Suelto una carcajada con su chiste.

Yo te vi pasar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora