désolé

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- puedes contarme lo que sucedió cuando puedas, tomate tu tiempo - Aesop miro por sobre el mostrador de aquella tienda a su amigo,quien tenia la mirada puesta sobre la blanca madera del asiento donde estaba.

Suspiro preocupado.

Miró a su amado, quien cambiaba viejas plantas de la tienda por lineas nuevas y frescas para la próxima clientela.

Su gato le seguía por todas partes ese día, haciéndole la vista aún más tierna y disfrutable.

Sonrió un poco entre labios, era una buena mañana, y el aire de la tienda podía hacerle bien a su cohibido amigo.

Además, de que Emma le había dejado él puesto aquel día por asuntos personales que atender.

- ...yo, sólo se que debería ser el de aquella caja - dirigió su vista hacía el de los lentes, quien jugaba con los pétalos de una margarita en el acaparador mas cercano, viéndosele como un pequeño niño triste y regañado - le deje en soledad, por unos...10, o tal vez 15 minutos, y se me escapó de entre las manos - sorbió su nariz, mientras su voz se desgarraba acompañada de un próximo mar de lamentables lágrimas - n-no quería, yo no q-quería, Aesop - cada una de las palabras que lograban salir de él eran seguidas por pequeños hipidos, jadeos lastimeros de una persona tratando de aguantar emociones que sabía no podría contener.

Fue así, como este cerro la boca, o eso trató, sin volver a poder producir una sola palabra.

Las palmas de sus manos pasaban constantemente bajo sus ojos, conteniendo el llanto como presa rota y vieja, inservible para contener agua. Temblaba, al compás de sus pequeños espasmos dolorosos.

Aesop sentía que se le rompería él corazón.

El florista pasó a su lado, con aquella bola de pelos blancos que era su gato en brazos y dirigiéndose a Lucky, con un rostro angustias y una tierna mano amiga en su espalda.

- "¿estas bien pequeño?" - le dijo, fuera de su entendimiento, y en evidencia lejano al de Lucky. Murió de ternura, cuando el pariciano tal cual padre tratando con su hijo, se agacho a la altura de las rodillas del chico, palpando sus manos mientras el gato se le escapaba para subirse a las piernas del de lentes - "no tienes que llorar, sonríe siempre, cuando sonríes los problemas se van" - Aesop supo deducir unas cuantas palabras del albino, y morir de pasó de ternura fue lo que le causo.

Lucky, muy lejos de entenderle algún vocablo o expresión, tan solo asintió dejando de llorar y teniendo pequeños espasmos para dejarlo atrás. El gato de Desaulnier paseó descaradamente por las piernas del chico, acurrucandose como quien está en su casa.

Se alivió al denotar que, aquello no molestaba en lo absoluto a su amigo, y que esté en vez le acariciaba el pelaje para sonreír entre labios de bonita manera.

No supo cuando Joseph llegó a su lado abrazándole por la cintura, y recargando su mentón por sobre su cabeza, haciéndole sentir pequeño y acogido.

- ...hacen linda pareja - enrojeció al caer en lo evidente de que, Luck seguía presente de frente a frente.

Ya calmado y con un gato como apoyó emocional, Lucky pudo terminar lo que decía.

El embalsador entendió todo entonces, dándose cuenta de porque se encontraba tan agobiado.

Lucky había salido un día del hospital, en búsqueda de una golocina pedida por su hermano, quien le había asegurado estaría bien hasta que volviera con una gran sonrisa.

Pero no fue así.

Al regresar, una doctora inyectaba en el un liquido extraño, ya casi sin presencia al estar todo en el cuerpo muerto del chico sobre la cama.

Lucky le relato que, odiaba a aquella doctora, pues está a pedido de su fallecido hermano, le había dado veneno para acabar con "su sufrimiento". Y el de lentes le había confesado que se sentía terrible por no estar allí para ver su último respiro o saber sus ultimas palabras.

Le dolió en cierto punto de encontrarse ajeno a la situación, dolido por el relato y las expresiones tristes que producía, siendo acaparadas por la enorme falta de atención del gato entre sus piernas.

Joseph, estando allí sin poder entender ni una palabra, tan solo se dedicó a abrazarle por detrás, como si no fuera su asunto pero sin embargo debía de estar ahí, presente.

Y eso le hizo sentir bien, saber, que se había enamorado de una persona con tremendo corazón que se preocupaba por los demás conociendoles o no.

Tales actos nobles iban de la mano con su belleza, pensó, sonriendo para si mismo mientras acariciaba las manos en su cintura enamorado.

Un tierno par de labios se posaron por sobre su mejilla, haciéndole reír y volviendo el ambiente más calmó para ellos y para Luck, quien estaba muy a gusto dando mimos al necesitado gatito.

Aesop supo que hizo lo correcto al llevarle consigo a la tienda.

✿ ΜΔŘgỮ€ŘΞŦ€Ş ✿ •°identity v°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora