Inspirada en historias reales.
[Los nombres y situaciones serán cambiados o modificados para proteger su identidad.]
Hagamos un alto a la violencia cibernética.
"Dedicado a todas las víctimas de extorsión y bullying."
<<No, no temas. Sé que te sientes amenazado/a, pero no le temas. No bajes tu cabeza, son cazadores esperando su presa.
Estás débil, cansado(a) pero tranquilo(a), el peor momento que puedes tener, es cuando suceda, pero eso yo lo entiendo, querrás huir, desaparecer, ya hasta pensaste en el suicidio como primera opción, guarda calma, yo sé lo que es estar en tus zapatos.>>
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—No sé que hacer, mi vida está arruinada, solo mira...—Apenas y podía hablar, mis lagrimas hacían más ruido y estaba avergonzada, tenía que contárselo.—Y tal vez...después de esto, tu no me quieras.—Mi corazón latía a millón, asustada, quería sólo desaparecer de este universo tan lleno de perversidad.
—Tranquila, necesitas calmarte.—Replicaba Alex al otro lado del celular, quería mantenerme en calma, pero parecía imposible, pasaban los minutos, lo replicaba una y otra vez.
Mientras mi llanto era cada vez más fuerte y me apoyaba sobre la almohada para callar un poco el dolor. —¿Que van a pensar de mi? Todos verán eso, estoy arruinada.—Repetía muchas veces sin parar entre sollozos.
Pensé que mi vida había acabado, por culpa de otras personas, una maldita foto que me exponía hasta mi más íntimo centímetro de piel. Era solo una foto. ¿Como es posible que ahora a nadie le importaría la persona que habitaba ese cuerpo? Parecía que yo no tenía sentimientos, ahora. ¿Que era lo peor que podía pasar?
Podía ver a través de la pantalla, solo fue el comienzo de una tormenta en mi interior. Fui traicionada, burlada, humillada, por la persona que alguna vez le confíe mi vida.
Y no, no era de esas personas malvadas, parecía muy inteligente, social, tenía muchos amigos, ni tu podías creer que el físico y su entorno, el parecía ser de una agradable persona. Que nunca se atrevería a matar ni una mosca.
Así es como luce alguien que realmente te hará daño.
En un intento de desesperación pensé en el suicidio, pues todo acabaría tan pronto como estuviera dentro de esa caja de madera, mis manos temblaban y mis lágrimas eran tantas que mis ojos ardían tan solo con veinte minutos en el celular.
¿Quien más podría tener eso en sus celulares? Ahora podía ser cualquiera.
—Tranquila, todo va a pasar, esto solo fue un momento.—Y de repente aquello que me agobiaba, desapareció, ya no existirían más, la página fue dada de baja por la aplicación.
Un gran alivio estaba en mi interior. Limpié mis mejillas y traté de recomponerme, tal vez la pesadilla había acabado.
Pero apenas comenzaba una de las más grandes disputas con mi interior, contra ellos, contra todo lo que en mi vida podía afectar.
