Capítulo Veinte || Una caída más...

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Agosto 27, 2017

<< No fui cobarde. Quería que se detuviera, más no pasó.
Quería paz, más no pasó.
Quería que dejaran de señalarme, más no pasó.
Quería olvidarlo, más no pasó.
Tragar los amargos momentos y empezar de cero, pero sin embargo, tampoco pasó.>>

El teléfono en mi mano, sin carta de despedida, una sola decisión

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El teléfono en mi mano, sin carta de despedida, una sola decisión.
La vida para mi, había llegado a su fin desde hace mucho.
Mejillas rojas, empapadas de lágrimas que ya salían sin razón.
Odiaba tener que despedirme, no me gustaban.
Esperaba que algún día me perdonaran.

Dejé todo a un lado, tomé el frasco de pastillas de todo tipo en mi mano, las coloqué en mis labios y las empujé apenas las tuve a mi alcance, tragué con mucha agua, me miré al espejo, dolía mucho.

Llamé a mi amigo más cercano, él era todo en ese momento, lo único que me quedaba, lo quería mucho, contaba con él siempre.
Lloré, su voz parecía muy angustiado, traté de calmarlo y prepararlo para lo peor.

A los pocos minutos, la vista empezó a nublarse, mis manos y pies muy débiles.
Nunca pensé que tuviera miedo a morir.

Jadee de dolor, lloré, tratando de guardar la calma, hasta mis entrañas y huesos se enfriaban, más el dolor no desaparecía. Un frío embriagó mi corazón.

Veía la muerte cada vez más cerca.

"—Tranquilo, estaré bien...Te he dicho, este momento iba a llegar...—Trataba de sonar calmada.
Las pastillas comenzaban a drogarme, sedarme.
No sentiría dolor ningún día más.
—No puedes hacerme esto Natasha, sabes lo importante que eres para mi...Llamaré a tus padres si no vas y les cuentas ahora mismo..—Sonaba autoritario pero era lo único que él podía hacer.
—No te atrevas...—Repliqué casi enojada.
—Por favor, ve, hay otra solución, se lo qué pasó...quiero ayudarte.—Sonaba sincero.
—No puedo, solo quería que acabara y que ya pudiera estar en paz.—Mis manos temblaban, mi piel emblanquecía cada minuto más que pasaba.
Tenía frío, estaba cerca de ver esa tonta superstición, la luz al final del túnel.
Estaba cerca.
Colgué la llamada.
Me recosté a la fina baldosa, sentándome.
El celular sonaba constantemente.

Me arrastré como pude, abriendo la puerta del baño y salí, tambaleándome al ponerme de pie con dificultad.
Todo era borroso, me apresuré lo más que podía.
Al salir de mi habitación, toqué muchas veces la puerta de mis padres.
Mi respiración era ahogada, acelerada.
Cuando mamá salió, asustada me recibió entre brazos, sentí el calor de su pecho y como voz lejana, escuché que temerosos me abrazaban.

Aún me amaban.

Mi interior quería decirles tanto, pero ni siquiera tenía valor alguno.

Me llevaron al sofá más cercano, me recostaron y con un pedazo de algodón con alcohol, lo colocaron cerca de mi nariz.

Reaccionaba entre minutos, cerraba mis ojos de vuelta dejando mi cuerpo desplomarse en el abismo.

Si, quería irme pero antes pedir perdón por mi decisión tan apresurada.

Tal vez nunca entendieran, pero dejaría claro que no fue su culpa.

Sentí que mi cuerpo era cargado hasta la parte trasera del auto, mi madre me sostuvo en todo el camino al hospital, sollozaba sin parar.

Era un grito de ayuda a las situaciones que no  parecían tener solución alguna.

Al llegar al hospital como pude bajé del auto, mi cabeza daba vueltas y entre más el tiempo avanzaba las cosas se nublaban.

Muy rápido me adentraron a una sala donde colocaron venoclisis en mi mano. Caí dormida en un momento, respiré hondo, no sabía si me iría o no.

Pasaban las horas y escuchaba como cambiaban las bolsas de medicamento, mi cuerpo volvió a sentirse bien, el calor volvía, al abrir mis ojos mamá estaba alado sosteniendo mi mano, sus ojos llorosos.

Apreté su mano lo más fuerte que podía, para que supiera que estaba bien.

Tal vez mis padres no sufrirían mi pérdida, ni verían a su pequeña niña en un féretro pero....

Tenía que volver a luchar por todo aquello que parecía no tener fin.

Eso era lo peor de la situación.

Era tan frágil y mi corazón tan noble como para lastimar a los demás, pero era tan dura conmigo misma que busqué lastimarme.

Al otro lado || In the other side || 𝐻𝐼𝒮𝒯𝒪𝑅𝐼𝒜    𝒞𝒪𝑀𝒫𝐿𝐸𝒯𝒜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora