Inspirada en historias reales.
[Los nombres y situaciones serán cambiados o modificados para proteger su identidad.]
Hagamos un alto a la violencia cibernética.
"Dedicado a todas las víctimas de extorsión y bullying."
<< ¿Puedes estar feliz y tranquilo después de causar daño? Si tu respuesta es afirmativa, esta no será la última vez que trates de arruinar algo. Tu vida virtual no es nada más que una extensión de tu vida física.">>
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—Sé que tratas de ayudarme.—Apoyé mi mano sobre la de Gianna. Me calmaba mucho sus consejos.
—Puedes contar conmigo, para lo que sea...—Apretó mi mano y otra vez me relajé.
Habíamos decidido salir a relajarnos, era lo mejor en estos momentos.
—Ten, tu favorito, chocolate.—Expresó Rebecca volviendo con el vaso lleno de un delicioso helado que habíamos comprado en la plaza central.
—Que bueno que lo sabes.—Le guiñé el ojo de broma. Allí estábamos, tratando de tomar un poco de aire fresco.
Alejarme de toda la situación, hacia bien.
Platicar algunas cosas de la escuela desviaban de mi cabeza el tema principal que hostigaba todas mis mañanas. Reíamos y volvíamos a ser otra vez las mismas jóvenes sin preocupaciones algunas. Así es como debería funcionar.
Me despedí al final del día, la noche había caído y era hora de volver a casa.
Mientras esperaba que me recogieran en aquella plaza, una mano fría sobre mi hombro descubierto me puso en alerta, me giré.
—Hey...Hola—Se trataba de Jayden, un viejo conocido, ahora, porque dejaste de ser mi amigo.
—Hola...no te veía hace mucho.—Respondí apartando su mano de mi, su tacto causaba escalofrío.
Mis recuerdos a su lado como amiga no eran los mejores, realmente prefiero omitir por ahora el porque eres tan desagradable.
—¿Quieres que te acompañe?—Trataba de acercarse. Di un paso hacia atrás.
—No, yo puedo estar sola, tranquilo.—Trataba de desviar mi mirada a otro lado.
—Estar sola es peor, puedo esperar contigo.—Replicó.
—No, claro que no, solo ve a hacer tus cosas.—Trataba de rechazarlo pero no aceptaba un no por respuesta.
Cuando me di la vuelta para marcharme, una risa burlona salió de sus labios.
—Me imagino que ya lo sabes...Y yo que pensaba que no eras fácil, bueno...Ahora lo tengo más que claro.—Sus risas seguían, su cercanía fue aún más hasta el punto de tener su mano en mi trasero.
Me giré molesta para confrontarlo pero mis lágrimas brotaban.
—Eres una mierda...—Aceleré mi paso para alejarme lo más rápido, el tacón rechinaba, trataba de correr lo más lejos posible.
Quería huir de toda esta situación, aún no comprendía cómo se había propagado aquellos comentarios tan rápido, a velocidad de la luz y no podía evitarlo de ninguna forma.
Me sentía inútil ante una situación así.
Y dedicar un solo capítulo a lo mal que pueden hacerte sentir, sería una ofensa. Tu historia conmigo, es otra pero también te involucraste con mi nueva tragedia.
