Capítulo 36-Si señor

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La  noche  en  el bar estaba al  tope,  todo  el  mundo bailaba,  gritaba,se  embriagaba,  yo  estaba  sirviendo  tragos Shioban  estaba  del  otro  lado  haciendo lo  mismo y coqueteando  con  todo el mundo.  Hasta el  momento no había visto  a Imra así que  supuse que  no vendría,  suspire  no  me  gustaba  como  se torció  nuestra  relación.  Me  sentía  nerviosa  y  tensa ya  había  salido  a  fumarme  unos cuantos cigarros pero  no  lograba  relajarme  necesitaba  algo  más  fuerte pero  no  podía  ir  con  Imra  para  que  me  diera lo  que necesitaba, así  que  estaba  molesta  por  eso. Pasaron las  horas  y  yo  estaba  cada  vez  más molesta. 
—Oye... ¿Qué te pasa? — pregunto Shioban,  mirándome  mal  por haber  tratado  así  al  cliente.
— Nada. —conteste.
—¿Como que nada? Trataste  del  asco  a ese  cliente  y ruega  que  no valla  y  se  queje  con  Imra.  —Como  si me importará... 
—Pues  debería...  o  si  claro como eres la  preferida de la jefa todo  lo  que  hagas no  tiene importancia. 
—Ya  cállate  Shioban  no  estoy  de humor.— ella  respiro  y  volvió  a  decir. 
—Mira  cuando dejes  de  ser  una  perra  y  quieras  hablar  encantada  de escucharte...pero  mientras  sucede  vete  a  tomar aire. — gire  los  ojos  y  salí  de  ahí,  pase  por  la  oficina de  Imra  y en  ese  momento tuve una idea.
Mire  a mi al  rededor  esperando  que  nadie  estuviera  viendo  y entre  a  la  oficina.  Estaba  oscuro  pero  eso  para  mi  no era  un  problema,  me  dirigí  a  su  escritorio  empezando a  revisar  cajón  por  cajón. 
—Donde  están...  donde están  .  .  —murmuraba. —¿Donde  las  esconderia? 

Use mi  visión  de  rayos  x  para  buscar  más rápido,  hasta que  me topé con  un pequeño compartimiento atrás de  un  cuadro.  Rápidamente  lo  quite,  había  un  panel donde  tenía  que  ingresar  el  código  para  abrirlo,  así que  pense  e intente  con  diferentes  combinaciones la  fecha  de  su  cumpleaños,  el  día  que  abrió  el  bar  o mi  cumpleaños pero  todas eran  incorrectas  estaba comenzando a impacientarme  hasta  que  pense  en una  fecha  importante  para  Imra,  hasta me vino a la mente  el dia  que  nos conocimo  ingrese  la  fecha  y  después de unos segundos la  puerta  se  abrió.
No  crei  que  fuera importante  ese  día  para  Imra  pero  viendo  lo  que  había pasado  en  las últimas  horas no me sorprendía.

Adentro  había  dinero entre  otras  cosas  pero  no  lo  que  necesitaba,así  que volví  a  meter  todo  y  la  cerré.  Mire  por  toda  la  oficina, cada  vez  estaba  más nerviosa  e  impaciente  camine al  rededor  hasta  que  uno  de  los tablones  del  piso  hizo un  sonido  extraño,  me  agache  para  examinarlo,  golpee con  mi mano otro tablón  para compararlo  con  el  que hizo  ruido.  Me  alegré  al  descubrir  que  se  escuchaba hueco  comparado  con  el otro  así que  moví la tabla, había  un  compartimiento  pequeño  no  tan  ondo  y  el se encontraba  una  bolsa  negra.  La  saque  y  sonreí  al  ver que  era  lo  que  yo  buscaba.  Saque  unas cuantas dosis que  me había dado Imra y un  frasco de  pastillas nunca las  había  probado  pero  no  me  vendrían  mal.  Acomode todo  como estaba y salí de  la  oficina  sin  que  nadie se  diera  cuenta  de  lo  que  había  hecho.



**** 


En algún lugar...

—¿Que es lo que pasó?— pregunto  el  hombre  que  estaba parado  en  medio  de  la habitación.
— Señor  puedo explicarlo... 
—Explicar ¿que?  ¿Tu incompetencia al no cumplir con lo que te ordene o lo estúpida que puedes llegar a ser?

El  hombre  la miro  desde  arriba  como  viendo  a  un  insecto  a  quien podría  aplastar  con  su  zapato,  alguien  que  no  vale nada,  alguien  que  sólo  sirve  para  un  propósito.  Ella estaba  de  rodillas  ante  el  hombre  quien  le  robó  su libertad  y  la  de  su  hermana,  el  hombre  que  la  obligaba a  cometer  actos repugnantes.

—Sólo necesito más tiempo. —
"Zaz" su rostro fue golpeado por el hombre— prometo encontrar lo que usted busca.

—Eres  una incompetente,  una  inútil  que  no  puede  hacer  una  sola cosa...
—Señor  ...  —otro  golpe  pero  esta  vez  fue  una patada  en  el  estómago,  tosio  tratando  de  recuperar  el aire.
— ¿Es  tan  dificil  la  tarea  que  te  asigne?  ¿tengo que  hacer  el
trabajo  yo  sólo?
—Deme  una  segunda oportunidad  prometo  que  esta  vez no fallare. —dijo  entrecortadamente. 
—Más  te  vale  ...  La  vida de  tu  hermana está en  tus manos.
—Si señor. —dijo derrotada.
— Llevensela. —fue  lo  último  que  escucho Imra  antes  de  ser  golpeada  en  la  cabeza  perdiendo  el conocimiento.

Desde la oscuridad | Supercorp |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora