Sugar Baby [En Edición]

Capitulo 23 - Tú & Yo

Me acurruqué contra el cuerpo de Hyuk, lo que su mamá me había dicho me tenía en shock, era tan surrealista. Asustado era poco, las ganas de llorar estaban cada vez más fuertes. Un beso en mis cabellos me relajo un poco.

—Buenos días. -Levante la vista y me tope con una preciosa sonrisa.

—Realmente quieres que nos casemos. -Su sonrisa desgraciadamente se borró y un gesto de preocupación ocupó su rostro.

—No quiero que pienses en ello, tú eres alguien especial para mi. La idea me ilusiona pero si tú no quieres no pasará.

—Pero tú...

—Yo no voy a obligarte a que hagas algo que no quieres. -Me dio un beso en la frente.

—Nos podemos ir. -La pregunta salió de mis labios casi sin darme cuenta, casi como un ruego.

—Aún falta el desayuno y mamá quería...

—Por favor yo solo...- Sin darme cuenta estaba llorando las lágrimas caían por mis mejillas como mares, no entendía él como o porque pero simplemente seguía llorando como un niño pequeño.

Me tomó de las mejillas y limpio con suavidad cada gota que derrame, a través de la cortina de lágrimas que cubría mis ojos podía ver su gesto de preocupación. Se sentó en la cama llevándome con él, se puso de pie y yo quede de rodillas en la cama. Sentí sus dedos acariciar mi cabello apartándolo de mi rostro mientras yo hipaba como un bebé.

—¿Qué sucede? -Tenia las palabras en la punta de la lengua, pero no sabía si debía de decirle o no. Después de todo era su madre y yo solo... Negué con la cabeza en respuesta. —Donghae, babe. Por favor confía en mi. -Separé los labios para hablar y el aire se había escapado de mis pulmones, intentaba traerlo de regreso pero yo simplemente no podía.

—Hyu...- Mi voz se desvaneció.

—Tranquilo, nadie te hará nada. Esta relación es de dos, tú y yo, si se toma una decisión será de ambos. ¿Entendido? -Asentí mientras jalaba aire con dificultad. Me tomó de la mano y me llevo hasta la ventana la abrió y la frescura de la mañana me tranquilizó de cierta manera.

—Mamá. -Fue lo primero que salió de mis labios. Seguía repartiendo caricias por doquier.

—¿Quieres ir con tu madre? -Pregunto a acariciándome la espalda con delicadeza.

—Tu madre dijo... que si yo no me casaba... y te daba hijos pro-pronto me quitaría... de tu... camino. -Apreté los ojos con fuerza cuando todas las palabras habían salido de mi boca. Esperaba gritos llamándome mentiroso, estaba esperando a que me corriera de ahí porque creía que estaba difamando a su madre.

Lo que no espera fue un beso en los labios, en la mejilla, la punta de mi nariz y la frente. Abrí los ojos con lentitud topándome con una mirada indescriptible. Llevo su mano hasta mi pecho, sobre mi corazón. Después la deslizo hasta tomar mis dedos entre los suyos.

—Que bueno que no desempacamos. -Dijo con cierta diversión amarga en su tono de voz.Lo mire incrédulo,  sonaba de cierta forma triste. Llevo mis dedos hasta sus labios y beso mis nudillos.

—Yo no quiero...hip...que ella y tú se peleen. -Me abrazó por la cintura y se acercó hasta que nuestras narices se rozaron.

—No fue tu culpa. Ella no tiene derecho de meterse con mi pareja ni en mi vida. -Me dio mis maletas y tomó las suyas. Bajamos ambos aún en pijamas y pantuflas con una maleta en cada mano. Salimos y frente a la puerta principal estaba el coche justo donde lo dejó ayer. Camino hasta él y yo pisándole los talones, me abrió la puerta y entre. Tomó mi equipaje y junto al suyo lo hecho del maletero. En cuanto cerró la cajuela se escuchó una voz que me heló la piel.