3: El don

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Se adentraron en la zona más densamente poblada del pueblo, el mercado. Había gente por todas partes entre los puestos callejeros y apenas podía caminar. Chocó varias veces y empezó a preguntarse si había algún patrón de movimiento subyacente. "¿Como si fueran NPC de un videojuego? Imposible." Así que empezó a imitar los movimientos del hombre que encabezaba la marcha. Pisaba donde él, cambiaba de dirección a la vez que él, y de repente era como si pudiera leer una marea de personas. "¿Qué habilidad es esta? ¿Es mía o suya? ¿O es sólo su experiencia?" Él no chocaba con nada, pero no era porque los demás se apartaran. De algún modo lo ignoraban mientras que a ella le miraban. "¿Hay un código de circulación no escrito?"

Entonces percibió algo. Una anomalía en el flujo. Fue algo subconsciente, pero buscó lo que andaba mal. Entonces lo vio. Un niño de no mas de diez años estaba a contracorriente, intentando no separarse de una mujer distraída con un vendedor, y tenía que esquivar a las personas como si fuera invisible. Lo ignoraban como al asesino. "¿No será...?"

Y entonces el chico vio la oportunidad y con un suave movimiento cogió la bolsa de monedas de la mujer de su cinturón. Inmediatamente se mezcló entre la marea humana como hacía el asesino y desapareció.

-¡Ese chico acaba de robar! -Exclamó.

-¿Mmm? ¿Y qué? Si la víctima no es rica no te va a recompensar. -Motoko ocultó su desprecio aunque sabía que él lo notaría.

Ping! -Sonó.

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[MISIÓN: Devolver lo robado]

Captura al niño y recupera lo robado.

[ACEPTAR]         [RECHAZAR]
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Ella se quedó desconcertada al ver a medio metro de su cara una ventana flotante de tipo videojuego. Supuso de inmediato que de algún modo el don de la diosa se basaba en características de ella, como su conocimiento de videojuegos. ¿Era la diosa la que se había adaptado a ella? Pero no tenía tiempo para pensar. Tocó el botón flotante de aceptar preguntándose si sólo obedecería a su voz como si fuera un rezo, pero funcionó. La ventana le tapaba la vista y era un estorbo, y pensaba ir tras el niño de todas formas.

En lugar de intentar verlo a traves de la gente, mientras la mujer se daba cuenta del hurto al intentar pagar, ella examinó los edificios a su alrededor. Imaginó un plano sencillo en su mente y buscó el sitio más apropiado al que escapar rápidamente. Se dio cuenta de que había estado memorizando el pueblo sin darse cuenta, y localizó un callejón estrecho y corto; estaba formado por un hueco entre dos casas alargadas que no llevaban a ningún sitio importante, por lo que apenas sería transitado. Ella se dirigió directamente al callejón aunque tuviera que chocar con la gente, pero se dio cuenta de que podía evitarlo. Eso confirmaba sus sospechas y se preguntó si el niño lo sabía de antemano. Cuando llegó al callejón fué como salir de una pared de personas. De repente todo era espacio libre aun en ese lugar angosto. Y allí estaba, a veinte metros, el niño frente a un mendigo que estaba sentado en el suelo. "Pero el supuesto mendigo está obeso".

El niño se asustó al verla caminar decidida hacia él, y el hombre guardó silencio.

-¡Tú! Devuelvele su dinero a esa señora ahora mismo! -Exigió.

El hombre se puso en pie pesadamente, y la enfrentó.

-Trabaja para mí. Métete en tus asuntos.

-Ese dinero no es vuestro. Buscáos un trabajo. -Ellos rieron.

-Este es nuestro trabajo -Dijo inocentemente el niño.

-Ven a robarme mi bolsa de dinero si te atreves -Y se la enseñó. Entonces la arrojó al suelo donde estuvo sentado y sacó una cachiporra de la parte trasera de su pantalón.

Leveling Incarnation (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora