6: El sistema

58 9 1
                                    


Llegó corriendo y vio tres hombres borrachos con aspecto de cazadores. Estaban riéndose y la muchacha estaba con la espalda pegada a la pared asustada.

-Vamos, es sólo un poco de diversión. Te trataremos bien.

-Esta siempre me ha mirado como a un perro. No la voy a tratar bien -Se rió con un poco de maldad. Motoko notó que sólo estaba bravuconeando.

-No tengas miedo. Sabemos cómo tratar a las mujeres. Al principio se hacen las difíciles... Luego nos dan las gracias. -"Fanfarrón. Eso es mentira". Pensó.

-Por favor, déjenme. Quiero ir a mi casa. Están borrachos.

-¿Qué pasa? ¿No te quedan milagros? -Se rió el que se sentía menospreciado por la clériga.

-Señores -Intervino Motoko. Observó sus espadas envainadas. -La sacerdotisa ruega que le dejen ir. -"Después de todo son cazadores. Su alineamiento no es caótico ni malvado", pensó.

-¿Tú quien eres? -Inquirió el más ofuscado de forma amenazadora.

-Lárgate. A menos que quieras unirte al grupo. -Se rió.

-Si lo hiciera sería para llevarlos a una posada a descansar. Pero no lo pagaría yo. -Contestó.

-Venimos de una misión muy dura y muy larga. Nos merecemos un poco de diversión. -Dijo el que parecía más razonable.

-Pero no a costa de los demás. Jugad a las cartas o a los dardos. -Replicó Motoko.

-Ya me estoy cansando de esto. -El más malhumorado desenfundó su espada. -Lárgate o te cortaré en rebanadas. -"Sin instinto asesino ni misión de emergencia para sobrevivir. Fanfarrón"

-Estoy segura de que el gremio no vería con buenos ojos esto.

-¿Te vas a chivar?

Ping!

[Instinto asesino detectado]

-La sacerdotisa no os guardará el secreto. Es muy sincera. ¿Y entonces qué?

Ellos guardaron silencio.

-¿La mataríais para silenciarla como un vulgar asesino malvado? ¿A una sacerdotisa? ¿Y si su dios se enfurece con vosotros? ¿Y qué hay de la justicia de los hombres? Por no hablar del gremio poniendo precio a vuestra cabeza. Incluso el gremio de asesinos. "Violaron y mataron a una sacerdotisa de Odín".

Ellos se miraron dudando. Entonces otro desenvainó su espada. Pero estaba inquieto.

-No si no se enteran.

-¿Estás seguro de esa decisión? Marcará el resto de tu vida por acostarte egoistamente con una chica que no quiere hacerlo contigo. Y además... ¡la matarás! ¿Lo has oído? Pretendes matar a una chica, sacerdotisa, que no ha hecho nada malo.

Ella vio que el hombre dudaba y miraba al suelo avergonzado. El cartel flotante de instinto asesino desapareció. Incluso el hombre malhumorado estaba dudando.

-Esto es entre ella y nosotros. Por última vez, márchate. -Amenazó finalmente.

-¿Y tú qué opinas? -Preguntó Motoko a la chica.

-Yo... sólo quiero irme a casa. -Y se echó a llorar.

-Oooh. ¡Habéis hecho llorar a una chica! ¿Qué diría vuestra madre? O peor aún, vuestro padre.

Motoko sintió cómo el espíritu de lucha de esos hombres se desmoronaba por completo.

-Lo siento -Dijo el más conciliador.

Leveling Incarnation (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora