20

71 7 4
                                    

Muchas personas ven el sentido de la vida como algo precioso. Algo así como el amor, el cariño o una bonita amistad.

Park Jimin consideraba que el sentido de su vida no era ninguna de esas cosas, sino el acabar con ella. Ponerle fin a todas las cosas. ¿Será de cobarde? Tal vez. Jimin ahora es débil, todo se ha vuelto frágil para él. Como un vaso de un fino cristal a punto de caer por el borde de una alta mesa. ¿Qué pasará si el vaso se desborda y cae en mil pedazos?

ㅡ Vaya mierda...ㅡMurmuró Jimin, apoyando su cabeza entre sus manos.

Habían pasado un par de semanas, así sus heridas sanaron y los médicos pudieron retirar las escayolas de sus fracturados huesos.

Estaba en su cama, rodeado de pastillas esparcidas por ésta. Era casi el cuarto bote de antidepresivos que se tomaba en esas semanas. Se negaba a ir al colegio, no quería pasar por ese infierno. Se encerró con llave en la habitación de invitados de la casa de Hoseok, y de ahí sólo salía puntuales veces para ir al baño o a coger algo de comer de la cocina.

La voz de Hoseok se escuchó nuevamente detrás de la puerta. Llevaba un buen rato intentando convencer al menor de que saliera de aquella jaula.

ㅡ Jimin, vamos... No puedes permanecer ahí dentro para siempre.

ㅡ ¡Es lo que quiero, quedarme aquí a base de pastillas hasta que me muera!

ㅡ ¡Vuelves a decir eso una vez más y te juro que aparto la puerta de una puta patada, ¿Me escuchas?!

ㅡ Hyung ㅡSe levantó, con algo de dificultad. Su estado era tan lamentable que ni siquiera podía mantenerse firmemente en pie. Se agachó, pegándose a la puertaㅡ, déjame ir. Por favor...

ㅡ Jimin, escúchame. Llevas ahí dentro casi dos semanas. ¿Para esto nos ha dejado mi madre la casa, uh? ¿Para que te encierres ahí?

La señora Jung se mudó, después de recibir su divorcio, junto a su hija. Se fue al centro de la ciudad, a un edificio de acogedores apartamentos. Decidió alejarse, y así dejar la intimidad que su hijo necesitaba. Hoseok no dudó en aceptar aquella decisión, su madre había estado sufriendo por su separación y lo que quería era su máxima felicidad.

ㅡ Hobi... Lo único que quiero es morirme. Déjame hacerlo, ¿Sí? Sólo bastarán un par de cajitas de pastillas, y listo. Ya no habrán más problemas.

Hablaba con una sonrisa, como si aquellos pensamientos fueran su sueño y meta; morir. Detrás de aquella puerta estaba Hoseok llorando, derramando lagrimones que se deslizaban y caían hasta su cuello.

ㅡ J-Jimin... Te amo. Por favor, no hagas ninguna tontería...

ㅡ No me amas. Soy una carga para ti. Y para todos.

ㅡ ¿Recuerdas aquel día? ㅡAquella pregunta que surgió de la nada dejó desconcertado a Jimin. No sabía a qué se refería su amigo.ㅡ El día en que te confesé mis sentimientos. Al día siguiente amanecimos abrazados, nos dábamos besos y parecíamos una auténtica pareja. Pero llegó un momento en que ambos nos rendimos. Dijimos basta y seguimos con nuestra relación de mejores amigos. ¿Por qué? Porque era lo correcto. Yo no era correspondido, pero aquí sigo, Jimin. Te sigo amando desde que me empezaste a gustar, desde que nos conocimos en aquel parque cuando éramos niños. Y por esto, no quiero que mueras, Minnie...

ㅡ Cállate... No digas esas cosas...ㅡUn sollozo se escuchó. Jimin empezaba a llorar, dejando sus ojos rojos aún más hinchados de lo que estaban.

ㅡ ¿Recuerdas cuando Tae vino a casa y jugamos al juego de la botella? Teníais quince en ese entonces.

ㅡ Para... Detente...

[Querido diario...] *. YoonMin .*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora