Parte 5: ¿Por qué tienes que ser tú?

142 9 52
                                    

5- ¿Por qué tienes que ser tú?

**Byakuya**

Bajo del taxi que me deja en el pie de la montaña Karakura a la que miro con resignación. Llevo toda la noche oyendo la voz de mi padre en sueños y sé que no dejará de molestarme hasta que lleve a cabo el pacto que me propuso. Empiezo a subir lentamente sintiendo como la tensión empieza a afectarme. Esto no es normal. Voy a casarme con otro hombre, lo cual ya es algo impactante para mí y lo peor, es un animal. Una bestia que quiere usar su magia para preñarme y tener un descendiente mitad humano mitad dios. ¿De verdad voy a poder llevar a cabo todos esos pasos? Me siento avergonzado, humillado y deshonrado. Siempre he sido orgulloso y solitario, tan temido que nadie me mandaba, por lo que me he acostumbrado a vivir así. Mi mente no concibe el tener que compartir hogar con otro hombre, adaptarme a sus tonterías y mucho menos a dejar que me toque. No es que Abarai no sea atractivo, pero no es para nada mi tipo. Nunca he sabido que me gustaba porque no he tenido experiencia. En el fondo estoy aterrorizado y eso me cabrea. Yo no soy de los que se echan hacia atrás, ya soy bastante mayorcito y maduro como para enfrentarme a mis problemas sin titubear.

-Byakuya-sama, le estábamos esperando- me detengo a mitad de camino al ver aparecer un enorme dragón azul envuelto en una nube helada que se detiene ante mí haciéndome sombra. Suspiro antes de aceptar ir subido encima de él para cruzar la barrera de mi padre y entrar en la zona de dioses y yokais que aplauden y gritan emocionados por mi llegada. Es un mundo tan diferente...tan odioso y mágico a la vez...

-Mi querido hijo...- mi padre sale a recibirme engalanado con un kimono dorado que le hace destacar del resto de yokais y con el pelo perfectamente peinado hacia atrás. –No me digas que vas a casarte con ese traje ¿verdad? -

-Es la ropa que se lleva en el mundo humano-

-Mm...no. Cambiemos de atuendo- mi padre chasquea los dedos y por arte de magia mi vestimenta cambia a ser un kimono blanco ceremonial con cordones rojos y una capucha que siento caída a mi espalda. Miro a mi padre enfadado ante su sonrisa retorcida.

-Esta vestimenta es...-

-No es como el de las mujeres casaderas, los dioses también la llevan. Vamos hijo, compláceme solo por hoy...- sigo a mi padre con su comitiva persiguiéndole y felicitándole por mi enlace. Yo resoplo con más fuerza por el agobio de ser objeto de tantas miradas y cotilleos hasta que veo los rostros de mis dos hermanos, Soujun y Sen que me sonríen casi a la par.

-Felicidades hermano. Renji es tu persona destinada, aunque ahora no lo creas. Esta es vuestra oportunidad-

-Lo siento Soujun, pero ahora lo veo todo negro-

-Yo también lo vería negro si padre me obligara a casarme y tener hijos en contra de mi voluntad-

-No lo digas muy alto Sen, porque también quiero que tú me des nietos-

-Gomen padre, pero yo no estoy interesado en nadie-

-Oh mi pequeño, yo creo que sí lo estás. Mi futuro nieto será muy especial para mí-

Sen se queda confuso al oír eso y sigue a mi padre de cerca haciéndole preguntas que el anciano solo responde con una sonrisa. Miro a Soujun que está sonriéndoles y cuando vuelve sus ojos hacia mí, siento un profundo amor en ellos.

-Tú sabes cómo será nuestro futuro ¿verdad? -

-No soy adivino, Byakuya. Yo conozco el pasado, ni siquiera sé mi propio destino-

-Yo no sé si tengo un pasado y tampoco sé si me gustaría saberlo-

-Si te unieras a tu parte espiritual que está sellada en el templo, sabrías toda la verdad Byakuya...-

"Dioses a medias"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora