Parte 18: ¿Por qué esta eterna felicidad?

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18-¿Por qué esta eterna felicidad?

**Byakuya**

Abro los ojos cogiendo aire fuertemente de mis pulmones al mismo tiempo que me levanto como un resorte siendo sostenido por unas manos muy conocidas. Los ojos grises de mi padre me miran con preocupación al igual que los de muchos yokais que hay tras él observándome en silencio. ¿qué....que ha pasado? Me siento distinto...más liviano, como si me hubiera quitado un peso de encima, un pecado eterno...

- "Ahora somos uno, hermano. Vive...y se feliz"- jadeo al oír la voz de Yoru en mi mente haciendo que un par de lágrimas salgan de mis ojos mientras mi padre me abraza fuertemente.

-Oh hijo...por fin estás de vuelta- cuando se aparta veo que estoy al lado del templo Tsukuyomi, realmente cambiado ya que parece nuevo al igual que el bosque parece haberse iluminado y regenerado por completo. Suspiro profundamente llevándome una mano al vientre al mismo tiempo que oigo un feroz gruñido en la lejanía.

-Me temo que he hecho algo peligroso ¿no? -

-Brevemente. Al final has podido controlar tu inmenso poder, solo era cuestión de minutos de que sobrellevaras tu nueva condición de dios, aunque te ha dado tiempo a hacer muchos "cambios"-

- ¿Cambios? No me digas que el que está provocando que la tierra tiemble es...-

-Sí. El simio de tu esposo. Más vale que lo arregles cuanto antes si no quieres que arrase medio bosque- me incorporo rápidamente al notarme más fuerte y enérgico que antes y no tardo en ir al encuentro de Renji abriendo los ojos de par en par al encontrarme un enorme mono gigante de pelaje rojo que está rugiendo sin parar.

-Renji...- me quedo estático susurrando su nombre y como si pudiera haberme oído, veo como gira la cabeza y echa todo su cuerpo hacia donde estoy, poniéndome el hocico muy cerca de mi cara. Yo suspiro sonriendo antes de elevar una mano y acariciar su pelaje sorprendiéndole.

-Siento mucho todo lo que te he hecho sufrir...en todas nuestras vidas e incluso en esta, te has sacrificado por mí, Renji...por nosotros...- vuelvo a acariciar mi vientre notando unos golpes internos que me hacen jadear. Hay...más de una presencia dentro de mí...mis dos pequeños pronto estarán aquí, lo presiento...

-Vuelve a mí, esposo. Te prometo que intentaré contener mi poder para que no te descontroles- apoyo mi frente sobre su hocico ignorando sus enormes colmillos y noto como se remueve un poco sin atacarme. Cierro los ojos para concentrar la fuerza que siento irradiar dentro de mí y consigo atenuar el brillo que cubre todo mi cuerpo. Siento que puedo controlar el poder de Tsukuyomi gracias a Yoru y en cuanto abro los ojos, me encuentro los de Renji, anegados de lágrimas y con una perfecta sonrisa adornando su rostro ya humano.

-Por fin estamos completos, Byakuya...- noto las manos de Renji sobre mi rostro y cómo me abraza pegando totalmente su cuerpo desnudo al mío haciéndome jadear. –Te quiero muchísimo...-

No tengo ninguna duda de ello. Lo siento en mi corazón, en mi mente y hasta en mi alma. Por fin Renji solo tiene ojos para mí, puestos en ese futuro juntos que llevo anhelando desde hace siglos. He encontrado a mi otra mitad.

-Yo también te quiero, mi Renji...-

**Zangetsu**

Jadeo fuertemente palpándome el pecho como acto reflejo cuando me incorporo del suelo y veo la diminuta cicatriz que tengo. ¿Cómo es posible que siga vivo? Noté el disparo...me atravesó el corazón ¿porqué...?

-Zan...- oigo el gemido lastimero de labios de Sen el cual está arrodillado a mi lado llorando. No me lo pienso cuando le atraigo por la nuca para besarle y él solloza aferrándose con sus manos a mi espalda.

"Dioses a medias"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora