8- ¿Por qué este regalo?
**Kenpachi**
Reviso nuevamente mi reloj digital para comprobar la hora exacta. Sin apenas moverme de mi posición, miro de reojo a mis dos fieles subordinados que asienten en silencio moviendo sus cabezas haciendo que una sonrisa de triunfo se me dibuje en la cara. Bien. Este es mi momento. Vamos a entrar.
Alzo mi enorme cuerpo en una décima de segundo antes de empezar a correr por las escaleras de un bloque de apartamentos de estudiantes deteniéndome frente a una de las puertas para darle tal brutal patada que la tiro al suelo haciendo que alguien grite desde dentro. Desenvaino mi katana al encontrarme con varios ojos que me miran desorbitados y expulso el vaho frío de la noche mientras río.
-¡¡Sorpresa cabrones!!! no esperabais esta visita, ¿verdad?? ¡¡manos arriba y contra la pared!!!- empujo a varios de los desgraciados que no obedecen cuando siento la presencia del resto de mis hombres con sus uniformes y cascos protegidos por su escudo anti-balas los cuales hacen un círculo alrededor de los traficantes que acabamos de atrapar en una nueva redada contra el tráfico humano.
-Ikkaku, revisa las habitaciones-
- ¡A la orden capitán! - mi oficial explora el apartamento con otro ayudante hasta que me hacen una señal para que entre en una habitación donde lo primero que oigo son sollozos ahogados seguidos por la vista de varios chicos y chicas de rodillas en el suelo, con las manos atadas y algunos encapuchados.
-Son los rehenes, señor. Por lo menos hay veinte víctimas hacinadas aquí- me paseo por la habitación mientras mis hombres desatan a los pobres desgraciados y me detengo frente a uno de ellos, completamente desnudo y temblando, con varios moratones y pinchazos repartidos por todo el cuerpo. Trago saliva cerrando los ojos un momento sintiendo que el cuerpo se me ha paralizado. El corazón ha empezado a latirme exageradamente y estoy sudando como un cerdo a medida que acerco la mano a la víctima para tirar de su capucha y ver por un momento, esos ojos azules grisáceos anegados de lágrimas que me hacen jadear hasta que en realidad lo que veo es a otro chico rubio y nada parecido a la criatura de mis pesadillas.
-¿Taicho se encuentra bien? Está pálido- veo los ojos violetas de mi otro oficial de confianza y niego con la cabeza maldiciendo en voz baja.
-Llevároslos a un hospital. Encárgate de los trámites, Yumichika-
Salgo de la escena de la redada para que mis hombres terminen con todo y me voy directo al bar para beber e intentar dejar la mente en blanco. Joder...este trabajo acabará conmigo ¿por qué cojones me siento tan mal cuando encontramos a las víctimas de esos cabrones? Solo le veo a él...a ese hermoso chico asustado bajo mi yugo, a esa criatura que hace que me pinche el corazón al oír su llanto...
-Entonces ¿otra vez??- escucho el disparo de la escopeta de caza de mi hermano Ganryu que me mira de reojo con sus ojos lilas antes de posarlos de nuevo en la lejanía para no errar otro tiro. Hoy es mi día libre y como tal, es tiempo para estar con la familia practicando nuestro hobby particular, la caza. –Son paranoias tuyas, Kenpachi. Es imposible que tú hicieras algo así a un chico-
-Fue en otra vida, estoy seguro de ello. Esos sueños son jodidamente reales para ser falsos-
-Vamos a ver...eres el mejor policía de la unidad de tráfico de personas, has conseguido liberar a cientos de víctimas en lo que llevas ejerciendo en tu profesión. ¿crees que este trabajo es una expiación de un pecado que ni siquiera sabes si cometiste? -
-Joder Ganryu, maltraté a ese chico desde niño ¡llevaba una puta máscara de hierro! ¡todas las noches sueño con eso!!-
El disparo de otra escopeta nos hace girarnos y vemos a lo lejos a otro de nuestros hermanos junto a nuestro padre. Bueno, los llamamos así, pero en realidad mi único hermano de sangre que yo sepa es Ganryu. Fuimos adoptados por un ex mafioso, Iba Tetsuzaemon que nos trata como si fuéramos sus hijos cuando en realidad todos somos adoptados, ningún hijo es suyo de sangre ya que el hombre es estéril. Somos un porrón de hermanos, parecemos una puta asociación benéfica, pero al menos nos juntamos todos los fines de semana para pasear por el bosque y de paso cazar alguna presa para luego comerla en un festín carnívoro. Aparte mi hermano Ganryu es carnicero, así que le viene muy bien que cacemos el género que luego vende en su tienda.
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"Dioses a medias"
Fiksi PenggemarCuenta el pasado, que una vez unos hombres vivieron en un circo y sufrieron penalidades. Cuenta el presente, que esos hombres reencarnaron para tener una nueva oportunidad. Cuenta el futuro que ellos consiguieron alcanzar la felicidad con su persona...