Parte 12: ¿Por qué es tan bella la luna?

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12- ¿Por qué es tan bella la luna?

**Renji**

Si cierro mi mano puedo sentir que algo sedoso acaricia mis dedos suavemente. Abro los ojos lentamente para sonreír como un tonto al ver la cabeza de Byakuya frente a mí, con él tumbado de espaldas a mí y mis brazos rodeando su cuerpo. Desde que dormimos juntos siento como si nuestra relación hubiera dado un paso gigantesco, pese a que no hemos vuelto a intimar después de lo que sucedió, para mí es suficiente el tenerle a mi lado y que se deje abrazar de este modo.

Me acerco un poco más a su cuerpo, pegándome hasta hundir mi rostro contra su espalda haciéndole murmurar. Su olor me sigue recordando al de las flores de cerezo en primavera y no solo me produce nostalgia, sino una erección de caballo cada mañana. Con solo oír su gruñido me está indicando que se la estoy clavando sin querer por detrás haciéndole daño. Joder, pero ¿Cómo contenerse ante semejante hombre? Me encantaría hacerle de todo y no salir de debajo de las sábanas en días, acariciarle, besarle, morderle...

Por un momento por mi mente pasa una escena sumamente erótica al imaginar a Byakuya atado y desnudo a mi total merced, pero en cuanto sus ojos me miran, con tanto dolor y vergüenza contenida, jadeo inconscientemente volviendo a la realidad.

- ¿Qué te ocurre? Estás temblando...- oigo la voz ronca de Byakuya y efectivamente veo que mis manos están temblando de forma espasmódica.

-Estoy...bien- me aparto para dejar que se siente mientras yo hago lo mismo en el futón. - ¿Has podido descansar? - veo que sigue teniendo unas ojeras muy marcadas y su mirada fría me hace estremecer. Uy... ¿he dicho algo malo?

-No me digas que ronco mucho o algo peor...-

-Lo que me haces no tiene nombre-

- ¿Eh? ¿el qué? No te entiendo...- veo sorprendido como se sonroja por un momento y me tira la sábana a la cabeza mientras él se levanta malhumorado. ¿Qué es lo que le hago por la noche? ¡¡no me entero de nada!!

Me levanto para estirar el futon y airearlo en la ventana mientras veo de reojo a Byakuya en la cocina de espaldas a mí mostrándome su prieto culo bajo la tela de su yukata blanco de dormir. Uf...esto es demasiado para mí...con cada movimiento que hace, por muy inocente que parezca, hace que todas mis feromonas se disparen. Quiero meterme entre sus nalgas y...

-Renji- al oír mi nombre de sus labios, le gruño de placer sorprendiéndole y más cuando voy hacia él con pasos rápidos deteniéndome frente a su rostro. Sus ojos azules me miran confusos y desconfiados y más cuando cojo un mechón de su cabello para olerlo y casi lamerlo.

-No puedes controlarte ¿verdad? -

-Mmm...no- cierro los ojos para inclinarme hacia su hermoso cuello y hundir mi rostro ahí haciéndole jadear cuando rodeo con mis manos su cintura para pegarle totalmente a mi cuerpo haciéndole sentir mi dureza. Quiero que sepa cómo me pone. Lo mucho que me excita.

**Byakuya**

Cierro los ojos con fuerza al sentir las pequeñas lamidas que Renji está depositando en mi cuello mientras sus dedos se clavan en mi cadera haciéndome resoplar ahogado. Está demasiado excitado como para hacerle entrar en razón y aunque parezca raro con estos arrebatos, sé que debo comprenderle por su condición animal. Si hubieran sido otras circunstancias ya le habría dado un puñetazo, pero mi cuerpo parece reaccionar ante sus caricias y el sobeteo que me está dando.

Jadeo al sentir un nuevo tirón en la cadera y veo como Renji me mira gruñéndome para llamar mi atención.

-Ya sé que estás excitado, te estás restregando demasiado, para ya...- otra vez un gruñido más bien lastimero y un lengüetazo que me da en la cara dejándome tan húmedo que el tic en mi ceja aparece inmediatamente. Debo contenerme...esto es normal...es Renji, al fin y al cabo, pero....

"Dioses a medias"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora