La voz irresistible (1)

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-       Heiberg Audio, buenos días, dígame.

-       Buenos días, te llamo de Centro Auditivo Armenteros, código cliente 2358, ¿me pasas con servicio técnico?

-       Enseguida.

-       Gracias.

-       ¿Dígame?

-       Hola, llamo de Centro Auditivo Armenteros, por la reparación que os enviamos el martes pasado, ¿puedes decirme para cuándo la tendremos?

-       Claro, te lo miro ahora mismo; ¿con referencia 44595?

-       Sí, esa misma.

-       Lo tengo abierto sobre mi mesa, lo termino y en cuando compruebe que está correcto os lo enviamos; cuenta con ello mañana, en principio.

-       Estupendo, gracias, que tengas un buen día.

-       Igualmente, un saludo.

Colgó el teléfono y anotó el resultado de la conversación en la ficha del paciente; podría haber obtenido la misma información por correo electrónico, pero su padre insistía en comunicarse por teléfono con los proveedores siempre que fuese posible, para conseguir una respuesta inmediata, y ella tenía que ceñirse a la política que él marcaba. Al menos, aquella vez había vuelto a ser atendida por el jefe del servicio técnico, un hombre cuya voz, tan sexy como la de un cantante profesional, compensaba aquella forma desfasada de trabajar.

-       Cirenia, ¿has hablado con Heiberg?

-       Sí, el audífono nos llegará mañana.

-       Estupendo. Ahora, llama a mensajería para que envíen una recogida.

La chica suspiró, encargó la recogida y salió a atender al paciente de las diez, que entraba por la puerta en aquel mismo instante.

-       Buenos días, don Miguel, siéntese un momento y enseguida pasamos al gabinete.

-       Hola, Cirenia, ¿qué tal?

-       Bien, como siempre, voy a preparar todo, ¿de acuerdo?

Cirenia Armenteros, de veinticinco años, era la hija del propietario del centro auditivo del mismo nombre, en el cual trabajaba desde que era adolescente. En la actualidad, se encargaba de parte de los pacientes, así como de la mayor parte de las labores administrativas y de la relación con los proveedores. La plantilla la completaban su padre, su tío y Esther, su mejor amiga desde la infancia y compañera de estudios. Trabajar en familia tenía ventajas y desventajas, pero con Esther solo había cosas buenas: se reían muchísimo juntas, se ayudaban mutuamente y aprovechaban para ver anime a escondidas en el iPad de la empresa cuando tenían tiempo libre.

-       Centro Auditivo Armenteros, buenos días.

-       Hola, llamo de Heiberg Audio en relación con el pedido de dos audífonos que nos han pasado por correo electrónico, ¿con quién debo hablar?

-       Conmigo, yo envié el correo.

-       Nada, es solo para comentaros que tardarán un par de días más porque tenemos un problema en central, ¿te va muy mal?

-       No, para nada, no os preocupéis.

-       Estupendo, solo era eso, gracias y buenos días.

-       Gracias a ti, un saludo.

Aquella voz era como chocolate caliente derramándose sobre un cuenco de helado de vainilla, pensaba Cirenia cada vez que la oía. Era imposible no soñar con su propietario.

Destellos doradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora