capítulo cinco.

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— ¿Qué pasa, bonito?

Hacía un rato que habían llegado a su casa, los cuatro decidieron ir allí con la excusa de ir a estudiar, sabiendo que terminarían viendo alguna película como siempre mientras Nick y Shawn se daban amor, Niall y Hailee los miraban y susurraban cosas entre ellos.

Pero Shawn no habían dicho ni una palabra desde que habían salido de la escuela, de hecho, luego de haber dicho que Nick era suyo contestando el comentario de Niall en la mesa de la cafetería, no había dicho más. Su mente había comenzado a ser otro remolino de pensamientos, muchas cosas en mente y ninguna manera de solucionarlas. Se sentía mal por Cameron, pero en el fondo también se sentía bien.

Suponía que había hecho lo correcto, pero su mente le traicionaba. Nick le acariciaba el cabello, mientras lo tenía sujetado de la cintura con su otra mano. Estaban tumbados en el sofá más grande, Shawn estaba sobre su hermano ya que así lo había pedido éste. Su cabeza estaba escondida en el cuello del contrario, porque ni siquiera le prestaba atención a la película, sintiendo los cientos y cientos de besos que Nick le daba cada minuto.

Amaba mucho eso, tener al mayor cerca, que le diera cariño cuando lo necesitaba, y cuando no también. Nick siempre estaba ahí, siempre había estado ahí, con él. Le protegía, le abrazaba, le quería, y eso era suficiente para Shawn.

Gran parte de su mente le decía que no iba a necesitar de nadie más por ahora y solo de Nick. Él le daba todo lo que quería y era feliz con ello.

Moviéndose un poco en su lugar, levantó su cabeza y recargó su barbilla en el pecho de Nick, quedando sus rostros muy cerca, pero ya habían estado así otras veces y no era problema. Claro, así no lo creían las dos personas sentadas al otro extremo de la sala de estar, que les miraban y les sacaban fotografías a escondidas.

El mayor llevó su mano a la mejilla izquierda de Shawn y comenzó a acariciarla suavemente, sonriendo sin mostrar sus dientes.

— ¿Crees que estuvo bien decirle a Cameron que no? —Cuestionó Shawn, en un tono bajo, casi en un susurro.

Nick rodó sus ojos un poco e hizo un chasquido con la lengua, luego soltó un suspiro y le miró.

— ¿Hasta cuándo vas a estar con eso en la mente? Shawn, hiciste bien, ¿vale? Era mejor decirle que no ahora, a decirle que sí y meterlo a vivir dentro de una burbuja de mentira. Porque tú no sientes lo mismo por él —Su tono fue uno calmado, aunque le enojara tanto hablar del tema de Cameron.

Es que, Nick pensaba que ya no se debía hablar del tema, y mucho menos de cómo podía sentirse Cameron. Aquí sólo importaba su bebé, Shawn. Pero al parecer así no lo creía el menor, ya que solo hablaba y le daba mil vueltas al asunto. Y era injusto, porque Nick pensaba en el bienestar de Shawn, pero éste pensaba en el bienestar de alguien más. Del chico que lo trataba con amor cuando quería algo y como una mierda todo el tiempo.

El mayor se limitó a acariciar con dulzura la mejilla y espalda del menor, en intento de alejarle todos esos malos pensamientos de la cabeza, sabiendo que su intento iba a ser uno en vano.

Las cuatro personas dejaron de prestarle atención a la película hacía un rato. Shawn se había quedado dormido en los brazos de Nick y éste aún seguía acariciando su cabello, también dejándole pequeños besos en la cabeza sin haber notado que el otro dormía. Niall tocaba su estómago, que con el pasar de los minutos rugía más y más por la falta de comida. Ya habían pasado dos horas de que no siquiera tomaba agua, pero era por tonto, ya que Nick le había dicho que podía tomar lo que quisiera. Hailee escribía en su celular algún nuevo texto con palabras de amor para la nueva foto que les había hecho a Nick y Shawn juntos en el sofá.

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