capítulo ocho.

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Nick miraba atento cada uno de los movimientos del doctor con detenimiento. Y Shawn le miraba con diversión. Es que Nick nunca podía dejar esos celos tan irracionales de lado. Siempre estaba al pendiente de que a Shawn no lo estuvieran tocando más de lo que debían o cualquier bobada de esas. Nick era muy intenso, pensaba Shawn.

El mayor estaba recargado contra la pared de la oficina del doctor, ya que Shawn había dicho que no entraría a hacerse ningún tipo de revisión sin Nick a su lado. Aunque su madre estuviese allí, no quería entrar sin su hermano.

Nick aún se encontraba bastante nervioso, teniendo en mente que tal vez Karen hubiera escuchado la pregunta que hacía unos minutos le había hecho a Shawn. Si así fue, ¿qué iba a hacer? Posiblemente terminarían haciendo que ya no estuvieran juntos. Tal vez los iban a separar, o se iban a separar sus padres, terminaría el matrimonio. No sabía, pero sí pensaba en las muchas posibilidades. O tal vez solo estaba siendo muy intenso, pero así era él.

Notó cómo las mejillas de Shawn se ponían cada vez más rojas, sabía que el menor no podía tener a un doctor o enfermero cerca, se pondría nervioso. O también, cualquier persona, Shawn se ponía nervioso solo con la cercanía, más con la de Nick. Soltando una pequeña risa al ver los ojos de Shawn cuando el doctor tomó una aguja, el mayor se metió al cuarto también. Cruzó sus brazos y miró muy curioso la escena.

- Ya que no aceptaste el suero, no quieres tomar pastillas y tampoco la medicina porque te da asco, tendré que ponerte una inyección en la nalga.

Shawn comenzó a reír bastante divertido, ya que pensó que era una broma por como el doctor lo había dicho. Nick apretó los dientes al igual que sus puños, intentando calmarse. Al notar que ya él menor no reía, le miró, y volvió a verlo aún más rojo que antes.

Con la mirada, Shawn le decía varias cosas a Nick. La primera era "cálmate y no me hagas una escena de celos aquí", otra era "no quiero que él me vea las nalgas" o tal vez solo le pedía ayuda con eso. Shawn odiaba mucho las inyecciones.

- ¿No tiene otra cosa, doctor? -preguntó Nick.

El doctor negó y de igual manera Shawn lo hizo.

- Por experiencia, él no se dejará poner la inyección. Dígame dónde o cómo se hace y yo lo hago.

- Pensándolo bien, quiero esa medicina -Dijo Shawn.

Todos le miraron y el doctor, algo dudoso, buscó nuevamente el vaso pequeño de medicina para el menor. Lo dejó en su mano y Shawn miró a Nick con una cara de asco.

- Vamos, bebé, es solo un trago rápido.

El menor miró la medicina unos segundos y luego a su mamá, la cuál solo hizo un gesto con la cabeza, como diciéndole que podía tomarse la medicina. El doctor se acercó a Shawn de nuevo con una vaso de agua para luego de la medicina y pasó su mirada ligeramente por el rostro de Nick.

- Tu novio tiene razón, es un trago rápido.

Las mejillas de Shawn tomaron un color muy rojo, sí estaba sonrojado antes, justo ahora era peor. Nick sonrió divertido por la escena y el momento por el que estaban pasando. Karen rió, acercándose a Shawn y mirando al doctor.

- Disculpe, pero son hermanos -Dijo.

- Oh, vaya, lo siento mucho. Es que el chico mira a mí paciente como yo miraba a mi esposo cuando éramos jóvenes.

Nick hizo algún sonido extraño con la garganta y Shawn se tomó su medicina. Para evitar aquel tema, dejó todo en el escritorio del doctor y volvió a sentarse en la silla a un lado de su madre. Nick seguía viendo todo desde la puerta, notando que Shawn miraba al suelo con sus mejillas aún rosadas y de vez en cuando le miraba de reojo, haciéndolo sonreír.

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