capítulo diez.

743 33 29
                                    

Habían pasado tres largos días desde que Karen se había marchado de la casa y se había llevado a Shawn. Ni siquiera les mandaba un mensaje a Paul o a Nick para decirles que estaban bien. No iban a la casa por lo que quedaba de sus cosas y ni siquiera Nicholas podía ver a Shawn en la escuela, pues el mayor aún tenía la suspensión de varios días por la pelea de Cameron y según Demi, el menor no estaba yendo a la escuela.

Estaba más que preocupado.

Estaba molesto. Estaba triste. Estaba roto. Estaba enamorado. Y tantas emociones juntas, eran horribles para Nick, pues nunca sabía cómo controlar todo eso y la única persona que con un abrazo, podía mantener al mencionado a salvo, era Shawn. Pero no estaba. El hablar con Demi, había ayudado un poco, siempre ayudaba. Pero realmente necesitaba de los abrazos de su pequeño para sentirse mejor y eso no iba a pasar.

Le pegaba varios puños fuertes al sacó de boxeo que su papá había decidido comprarle para que se desquite. Pues Paul se había tomado la tarea de interrogar a Nick y le pregunto qué tanto hacía en aquella casa vieja a la que solía ir la mayoría del tiempo. El chico llevó a su papá a aquel lugar, le mostró que había comenzado por algunas partes a remodelar el lugar. Pero no todo era color de rosa, claro que no, porque cuando llegaron a la habitación en la que Nicholas pasaba más tiempo, Paul se sintió decaer.
Habían muchas cajetillas de cigarrillos, encendedores dañados o viejos, desgastados por el uso, y las paredes tenían manchas de sangre, unas se veían más recientes que las demás. Como si alguien enojado, con un instinto animal muy feroz, le hubiera caído a puños a la pared. O a las paredes, ya que tres de ellas estaban igual. Mantuvieron una gran charla sobre ello y luego Paul había llegado con aquel saco de boxeo para Nick.

No era nuevo para él. Paul siempre supo que Nick tenía algún tipo de problema, pero los especialistas nunca le dijeron que sí lo tenía. Tal vez eran algún tipo de ataques de ira, ya que cuando estaba muy enojado, le daba por golpear cosas hasta hacerse daño, pero parecía no dolerle del todo y por eso lo hacía más y más. Paul le veía desde pequeño. Recordaba que a sus tres años, le había pegado a Kevin, su hijo mayor, con un palo de golf en la cabeza por decirle que no sabía jugar. O cuando le tiró una piedra en el ojo a Joe porque le había robado su botella de agua. También recordaba esas veces dónde le habían expulsado de los equipos de béisbol, pues solía caerse a golpes con chicos de los otros equipos cuando hacían un mal comentario sobre su equipo.

Nick era un completo celoso con las cosas que eran suyas o las que consideraba de un gran valor especial para él. Protegía lo suyo y a los suyos. Eso hacía con Shawn. Pero, Paul mantuvo en su cabeza ese pensamiento de que Nick podría estar enfermo.

Sus celos llegaban al punto de ponerlo en un modo terrible, y eso lo había visto desde pequeño. Pero no quiso tocar aquel tema con su hijo, pues no quería verlo enojado, no más de lo que ya estaba.

Entró con una bandeja en manos al sótano, la cual tenía encima dos limonadas preparadas por él mismo. Unas galletas, las favoritas de Nick, y una toalla en su hombro para pasársela al mencionado y así secara su sudor. El chico dejó de darle golpes al saco, abrazándose a él y comenzando a llorar, su padre no se había dado cuenta cuán dependiente era Nick de Shawn y viceversa.

Siempre se necesitaban.

— Hey, Nick, no otra vez, verás que pronto lo vas a ver, ¿sí? —Le susurró su papá, yendo hasta donde él para abrazarlo.

Claramente, Nick no se negó al abrazo y lo correspondió bastante fuerte. Echándose a llorar aún peor en los brazos de su papá.

— En serio lo extraño, pa.

— Lo sé, mi niño, yo también lo extraño. Pero Shawn no es mayor de edad aún y Karen es literalmente quien decide si nos viene a ver o no. Ya la semana entrante vas a volver a la escuela y estoy seguro de que lo verás. —Trató de animarlo, acercando un vaso de limonada al chico para que tome aunque sea un poco.

stepbrothers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora