capítulo trece.

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Habían pasado tres días desde que Shawn y Nick habían vuelto a la escuela, también tres días desde que Niall y Hailee y estaban al tanto de los sentimientos de Nick por Shawn. Pero algo que, al igual que a Nick, los había dejado con la duda, es que no sabían si Shawn sentía lo mismo, puesto a que había ignorado por completo todas las preguntas de los chicos.

Hailee y Niall se habían vuelto como dos chicas intensas obsesionadas por una pareja homosexual famosa.

Cada que veían que Nick se acercaba, se emocionaban y hacían que Shawn se pusiera bastante rojo y nervioso. Claro que el chico no les había contado sobre las veces que casi se besan o incluso, la parte donde Nick se la había chupado el día que regresó a casa. Había evitado esos detalles para no causar más cosas en los chicos, que parecían muy, pero muy contentos con lo que Shawn les había contado.

Era la hora del almuerzo, la cafetería estaba totalmente llena, pero Hailee y Niall podían notar que Shawn miraba a alguien de la mesa del fondo y sonreía de vez en cuando, bajando la cabeza. En la mesas del fondo siempre se sentaban los deportistas, y cuando el rubio había mirado hacia atrás de manera muy disimulada, según él, quiénes estaban hoy en aquellas mesas, eran los del equipo de béisbol.

Y ahí estaba Nick, comiéndose a Shawn con la mirada.

— No deja de mirarte, Shawn. —Susurró Niall.

— Lo sé, tonto, yo lo estoy mirando también.

Shawn tomó su lápiz nuevamente y siguió escribiendo en su cuaderno todo lo que aún le faltaba por tener escrito de todas sus clases. Y dónde más trabajo tenía, era de la clase que más odiaba. Aquella profesora de matemáticas era terriblemente mala, dándole a sus estudiantes tanto trabajo como si ya fueran unos universitarios. Y es que para los recuerdos de Shawn, no venían nunca a su cabeza el cuándo habían tocado aquellos temas.

Y fue interrumpido por Nick quién se le sentó a un lado con un muffin y una botella de agua, dejando un beso en su mejilla. Mientras que en el otro asiento de la mesa, Niall y Hailee gritaban internamente. Cosa que no dejaban de hacer desde que Shawn les había contado.

— ¿Qué haces, mi niño? —Le preguntó, en un tono bastante bajo.

— Lo que deberías estar haciendo tú, Nicholas. Copiando todo el material de todas las clases que no tuve la otra vez. —Rodó sus ojos, soltando una pequeña risa y pegándole levemente a Nick con el lápiz.

— Oh, yo fuí a la biblioteca y le saqué copia a la libreta de Demi hace rato, tengo todos los papeles en los cuadernos correspondientes. ¿Por qué no lo hiciste así? —Tomó el pequeño paquete del muffin y fue abriéndolo con cuidado de no romperlo.

— Porque las fotocopias son muy caras en la biblioteca de la escuela y es mucho material. Tal vez tú no tuviste tanto.

— Podías decirme, yo te prestaba el dinero y tú me lo podías devolver en besos.

Nick había encogido sus hombros con total simpleza y luego de abrir el muffin, lo puso frente a Shawn en una servilleta. Y sí, el chico había hecho una mala cara, como siempre hacía. Porque ya le había dicho a Nicholas que dejara de gastarse su dinero en él y no le hacía caso. Cada almuerzo, Nick iba y le compraba algo, se lo llevaba a la mesa y charlaban un rato. Para luego verlo desaparecer con su grupo.

Shawn agarró el muffin y le dió una pequeña mordida, mirando con mucha curiosidad al gran disimulado, Niall y a la gran intensa, Hailee.

Ni siquiera podían quitarles un ojo de encima.

— ¿Con quién vas a ir a baile, Shawn? —Niall preguntó, lo suficientemente alto para llamar la atención de Nick que escribía algo en su celular.

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