Capitulo 3

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A la mañana siguiente despertó temprano con el sonido de la alarma, se levantó aun adolorido por los golpes, definitivamente tardarían mínimo una semana en desaparecer.

Después de unos minutos de haber despertado cayó en cuenta que no había cenado, recordó que se quedó dormido y no bajo a comer. Podía sentir su estómago gruñir, así que fue a asearse, para después bajar a desayunar.

Sus padres al verlo se sorprendieron, no lo habían visto desde ayer después de la pelea y ahora estaba de lo más tranquilo, aunque eso no era lo único que les extrañaba en ese momento.

-Seiya... ¿Por qué aun no tienes tu uniforme? tienes que ir a as escuela hoy, llegaras tarde-dijo Shasha

-Buenos días a ti también madre- respondió sarcásticamente cosa que fastidio a su madre.

- Deja ese tono de lado por favor y responde mi pregunta jovencito.

-No iré hoy a la escuela...-dijo como si fuera la cosa más normal del mundo.

-Por supuesto que iras Seiya, no te dejaremos faltar a la escuela solo por un berrinche tuyo- hablo esta vez Sísifo con un tono autoritario.

-Déjame en paz, después de lo de ayer no quiero ir hoy...estoy muy cansado-era la verdad, su cuerpo dolía horriblemente, no creía poder soportar un día así en las escuela.

-Ese no es mi asunto, nadie te mando a meterte en lo que no te incumbe, así que prepárate porque iras a la escuela- dijo molesto Sísifo, más que nada era otra forma de castigarlo.

-Ya dije que no iré...- respondió alzando un poco la voz.

-¡lo harás!- exclamo.

-¡Oblígame!- grito levantándose de la mesa, haciéndole frente a su padre quien le imito.

La tensión entre ellos era tan grande que llenaba toda la habitación, la confrontación duro unos minutos hasta que finalmente Seiya se cansó, yéndose de ahí y no precisamente a su cuarto.

-¿A dónde crees que vas mocoso?- pregunto Sisifo mientras le seguía, Seiya se dirigía hacia la puerta pero este le detuvo.

-Déjame en paz anciano- decía mientras intentaba abrir sin conseguirlo, de ahí fue arrastrado por su padre y alejado de la salida.

Seiya quería huir y Sísifo no se lo permitía, se comportaban como perros y gatos, hasta que llego Sasha quien le puso un alto a la pelea, apoyando a su marido regaño a su hijo y le ordeno fuertemente que fuera a su habitación; este se negaba a hacerlo e insistía en irse, hasta que de repente sintió el impacto de una mano y su mejilla arder, su madre lo había abofeteado.

Eso le dolió, era la primera vez desde que tenía memoria que su madre le pegaba, la mezcla de emociones que sentía era algo difícil de explicar; sentía rabia, ira pero también sentía mucho dolor y tristeza por la acción de su madre. Ni siquiera cuando era niño y se portaba mal le pegaba, para venir a hacerlo ahora cuando ya era grande.

Sintió como las lágrimas bajaban por su rostro, sus padres aun en Shock le veían, ellos también se sentían mal por lo que estaba pasando. Finalmente el joven se echó a correr rumbo a su habitación con su rostro lleno de lágrimas, su madre se sentía culpable por tratarlo así, aunque ya estaba aliviada al ver que desistió en su idea de irse quién sabe a dónde, ella al igual que Sísifo dio un suspiro de alivio.

-¿Ves lo que te digo?, esta que ni él se aguanta. Todo esto es también culpa tuya por consentirlo demasiado, nunca has dejado que lo corrija como se debe...- hizo una pausa- tal vez ahora si dejes que ponga aprueba mi idea ¿no Sasha?...- pregunto Sísifo.

Lo que el corazón quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora