Capitulo 2

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Al día siguiente el joven se levantó temprano y se preparó para ir a la escuela, sería un día largo y pesado pues apenas era lunes, después de bañarse y vestirse arreglo su mochila y bajo a desayunar.

Sus padres ya se encontraban en la mesa tomando el desayuno tranquilamente, su madre como siempre tan hermosa y radiante y su padre con su porte elegante y serio, todo un hombre de negocios.

-Buenos días...-saludo a ambos sentándose y pidiéndole a una de las chicas que trabajaban como sirvientas que le trajera su desayuno.

-buenos días Seiya, ¿descansaste bien anoche?, te fuiste a dormir temprano- saludo su madre y de inmediato pregunto curiosa a su hijo.

-He si, estaba cansado, quería dormirme temprano, hoy tendré un día muy ocupado en la escuela- respondió algo nervioso.

-ya veo...

-Bueno yo me retiro, tengo una reunión con un nuevo inversionista y debo llegar temprano- dijo Sísifo levantándose para irse.

-¿De verdad? No tenía idea- comento su esposa.

-Fue algo que surgió de improviso pero es muy importante, de vida o muerte así que me retiro querida- se despidió de su esposa con un beso- que tengas un buen día en la escuela Seiya- se despidió de Seiya y se fue.

-Adiós papá- se despidió el chico también- bueno yo también me voy mamá- le dijo a su madre, le dio un beso la frente y se fue, debía llegar temprano.

Aunque sus padres le decían que se fuera a la escuela en auto él prefería ir caminando y disfrutar de la mañana, tranquilo y relajado antes de entrar en aquella prisión que se hacía llamar escuela. Cuando llego se dirigió a su aula sin detenerse ni mirar a nadie, la verdad era para evitar ser molestado porque si, a pesar de que sus padres eran ricos y de clase alta, esas cosas no contaban cuando estabas en una escuela donde todos también eran igual de afortunados, y aunque supuestamente la calidad de la institución era de lo mejor, aun así no se podía eliminar el acoso entre estudiantes por muy poco que fuera.

Y para su mala suerte él era uno de los blancos para los acosos, aunque gracias a Ikki últimamente había logrado defenderse un poco más de los que lo molestaban, al menos ya no le hacían la vida imposible como antes, siempre se negó a comentarle de ese asunto a sus padres, no por miedo sino para evitarse las molestias, seria fastidioso que se armara un alboroto que al final no acabara en nada, mejor no gracias.

Como sea, entro a su clase y al poco tiempo sonó la campaña, fueron entrando todos sus compañeros y por ultimo llego el profesor, que de inmediato comenzó a dar la clase y en ese mismo momento Seiya comenzó a mirar el reloj y contar los segundos para salir, para su desgracia el día apenas comenzaba y eso era algo que sabía de sobra.

....

Después de unas horas por fin tenía un rato de descanso, opto por ir a la cafetería a comer algo ya que a esa hora estaba casi desierta, hasta ahora el día transcurría normalmente, tal vez si tenía suerte el tiempo pasaría rápido y podría irse a casa.

Cuando llego a la cafetería el lugar estaba considerablemente lleno, ¿Qué diablos? ¿No se supone que debería estar vacío? Miro el reloj, resulta que era la hora del almuerzo, ni siquiera se había dado cuenta..."bueno como sea" pensó y se adentro en el lugar.

Se sentó en una de las mesas que estaban solas, la más alejada ya que siempre prefería estar solo, no era que no le agradaba la idea de tener amigos, al contrario, como le gustaría tener amigos además de Ikki y los demás, anhelaba tener a alguien con quien conversar y socializar. Pero el problema era que en ese lugar solo había gente superficial y falsa, ese tipo de personas que solo se relacionan contigo por algún beneficio y precisamente esa era la clase de gente de la que siempre ha querido mantenerse alejado. Claro que de seguro no todos eran así, siempre había la posibilidad de que existieran personas sinceras y amables en ese lugar, solo que aún no podía encontrarlos.

Lo que el corazón quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora