Capitulo 19

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-Este lugar es grandioso ¿no?- pregunto mientras almorzaban en aquel pequeño restaurante.

No era la gran cosa, pero era mucho mejor que estar en uno de esos lugares caros donde no te dejan entrar a menos que vayas en traje- sí, es lindo...

Esta vez sí era sincero, el lugar tenía su encanto y la comida que servían era deliciosa, no le molestaría comer así a diario.

-Me alegra que te guste- a diferencia de las veces anteriores esta vez sí se veía sincero al decirlo, eso en verdad lo hacía feliz, no era mucho pero por algo se empieza.

Cuando terminaron de almorzar dejaron el lugar.

-¿A dónde vamos ahora?- pregunto el castaño "por favor no digas que a casa, ¡por favor no digas que a casa!.." pedía dentro de sí.

-A Casa.

"¡Nooo!..."- pero ¿Por qué? No pretenderás que me la pase encerrado ahí todo el día ¿o sí?

-No, vas a estar con Aldebarán...

-Vaya, que diferencia tan grande...-comento- ¿no puedes llevarme a casa de mis padres?

-Tus padres estarán trabajando, no habrá diferencia estés donde estés, además ahí no puedo vigilarte ya que tengo que volver a la oficina.

-¿Entonces eso es todo? ¿Así será de ahora en adelante?...- estaba molesto, pensar que su vida diaria seria de la escuela a la casa y de la casa a la escuela.

-No necesariamente...pero por ahora si- fue lo único que contesto, al comportarse de manera fría con él no le daba entrada a discusiones, eso era algo que ya le había funcionado antes; si el menor no lo veía reaccionar dejaría de provocarlo.

Suspiro desanimado mientras llegaban y Aldebarán los recibía a ambos.

Le dio instrucciones al guardaespaldas y se despidió del chico, se le veía desanimado, la verdad no le gustaba verlo así pero era necesario. No podía permitir que se encontrara con Ikki, definitivamente no podía.

Para el menor era difícil estar encerrado en aquella casa, al ser tan grande se sentía bastante solo, por suerte tenía mucho que estudiar, había perdido mucho en la escuela.

Por primera vez estaba feliz de tener que estudiar, era lo único que podía hacer en ese momento para matar el tiempo. Antes de darse cuenta ya era de noche.

-Ya llegue ¿Qué haces aquí?- dijo el peli azul entrando a la habitación. No se trataba de su dormitorio sino de otra donde en donde habían dejado los muebles que el guardaespaldas había traído de la mansión Sagitario.

-Estaba estudiando, en este lugar esta mi computadora y mis libros así que me quede aquí, además de que es relajante.

-Ya veo...bueno bajemos, traje la cena.

-¿Y Aldebarán?...

-Justo acaba de irse, solo somos tu y yo.

Suspiro, esperaba que él los acompañara a comer; así no sería tan solitario pero bueno- ya veo. Vamos entonces.

Cuando iban por la escaleras el mayor se le pego por atrás, no le dijo nada pero se sorprendió cuando de la nada lo detuvo y comenzó a besar su cuello.

De inmediato trato de apartarlo pero no funcionó, no tuvo más que apartarlo empujándolo aunque fuera peligroso.

-¿Qué te sucede? No hagas eso...- dijo avergonzado, siguió bajando los escalones pero la mano del mayor lo detuvo.

Lo que el corazón quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora