Capitulo 4

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Al siguiente día despertó temprano, eso le sorprendió ya que aún no sonaba su alarma.

Decidió si asistir ese día al instituto, después de todo no podía ausentarse mucho tiempo; porque, aunque no lo pareciese en realidad le gustaba ser responsables con sus tareas y deberes en la escuela, Además el dolor por los golpes ya empezaba a desaparecer junto con los moretones.

Se dispuso a levantarse y acerase para después bajar a desayunar, ya que había despertado temprano el desayuno aún no estaba listo por lo que preparo un par de sándwiches y se fue comiéndolos en el camino a la escuela. Prefería no encontrarse con sus padres en especial con su mama con la cual aún seguía molesta.

El recorrido fue tranquilo, llego rápidamente y entro, por ser tan temprano aún no había casi nadie por el lugar, estaba prácticamente vacío. Entro a su salón y se puso a escuchar música con sus auriculares mientras comenzaban las clases, al cabo de un rato comenzó a escuchar algo de ruido afuera, parecía una discusión ya que estaban hablando un poco fuerte.

El ruido y la curiosidad finalmente le ganaron así que decidió salir y se encontró con algo bastante irritante, Aioria y su grupito de descerebrados estaban fuera de su salón, al parecer molestando a una chica solo que esta vez no era solamente Aioria sino también Milo, su mejor amigo y mano derecha; la chica era de cabello rojo, la cual aunque parecía querer ignorarlos no dejaban de acosarla, en especial Milo.

Cuando intento darle un golpe para apartarle, este le sujeto la mano de manera tan fuerte que hasta la hizo soltar un quejido, sus intentos por zafarse del agarre eran inútiles y por otro lado estaban las burlas de los demás.

En ese momento Seiya llego a donde estaban intentando ayudarle, ya que todo el pasaba por ahí solo ignoraba la escena y seguía como si nada, y no los juzgaba pues ese grupo era de temer nadie se metía con ellos.

Logro hacer que Milo la soltara y se puso enfrente de ella protegiéndola de los abusadores- Déjenla en paz, ella no les ha hecho nada ¿cierto?- dijo Seiya dirigiéndose a Aioria y a Milo

- Vaya vaya, pero si es mi victima favorita, Seiya que bueno verte, ¿dónde estuviste ayer? Te estuve buscando por todos lados- dijo Aioria.

-Eso no es tu asunto- respondió molesto- dejen de molestar a Shoko y piérdanse.

-Apártate mocoso, tengo asuntos con ella- dijo Milo empujándolo y quedando frente a la pelirroja- ahora dime, ¿dónde está el?- pregunto casi susurrando a la chica.

-Ya déjame en paz, no sé de qué me estás hablando- respondió ella.

-Niña estúpida te estoy hablando de...- en ese momento fue interrumpido por Seiya una vez más quien le aparto de la chica.

-¡déjala ya Milo!- este solo se fue alejando molesto, dejando a todos atrás incluido Aioria quien le siguió no sin antes advertirles a los dos chicos que las cosas no se quedarían así.

Seiya al ver que ya se habían ido ambos suspiro aliviado, solo estaban él y la pelirroja. Le pregunto si estaba bien y ella asintió, después ambos entraron al salón y esperaron ahí hasta que sonara la campana.

-Shoko ¿Qué era lo que quería Milo?- pregunto Seiya curioso

-Pues no lo sé, me pregunto por un tal "él" pero no se de quien se trataba- le respondió ella- me extraño muchísimo eso, aunque también me asusto, ese tipo da miedo ¿no lo crees?- bromeo ella y Seiya asintió.

-Bueno, de ahora en adelante si te molestan llámame ¿sí? no les dejare molestarte- dijo Seiya y Shoko de inmediato le respondió.

-¿Pero ellos no te molestan también a ti? Siempre veo que Aioria te acosa y a veces hasta te insulta, seria mucha molestia que también tuvieras que defenderme a mí- dijo ella.

Lo que el corazón quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora