Capitulo 22

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-Ahhhh...ya no aguanto esto- se quejó por décima vez golpeando su cabeza con la mesa- profesor ¿no puede simplemente aprobarme? Sé que usted odia estar aquí tanto como yo.

-Tentador pero no, aunque yo sea el único idiota que el director arrastro a esto no puedo hacerlo- era verdad, él al igual que el chico quería acabar con aquella tortura pero por muy despreocupado que soliera ser aún era un profesor y no podía darse ese lujo, el menor era su responsabilidad no le quedaba de otra.

-Pero es que llevo así desde la semana pasada, solo estudio y pruebas; tenga piedad de mí...

No pudo evitar reír al ver al chico quejarse de esa forma tan dramática- ya...falta poco para que termines- le dijo para tranquilizarlo- pero ¿sabes? si no querías retrasarte en tus estudios debiste esperar para casarte...

El chico se quedó callado ante el comentario. Después de unos segundos dijo en voz baja- no es como yo lo hubiera decidido.

El docente logro escucharlo. Se extrañó, apenas lo menciono el rostro del menor cambio, pensó que tal vez estaría avergonzado y no le dio importancia. Aun le costaba creerlo, que ese pequeño chico estuviera casado, simplemente no lo podía imaginar.

-¿Quién se casa a los dieciséis años? Debes estar muy enamorado para hacer algo así-dijo de la nada- ni siquiera yo me eh...

Se detuvo al ver de nuevo la expresión del menor.

-¿Ocurre algo?

Se quedó callado unos segundos, después abrió la boca como para decir algo pero se detuvo, hizo un movimiento con las manos restándole importancia y siguió escribiendo en su hoja de examen sin decir una palabra.

Ese comportamiento por parte del chico definitivamente no era normal, se preguntaba que le estaría pasando a su alumno y si tenía que ver con ese dichoso matrimonio.

Finalmente el menor termino todo lo que le restaba y levantándose le entrego el examen a su profesor y se despidió para irse.

Por su parte el aun con la incomodidad de verlo actuando tan extraño lo detuvo- espera chico.

-¿Qué sucede?

Es cierto que Seiya no era precisamente una persona muy sociable y activa pero ese comportamiento definitivamente no iba con el así que no lo pensó mucho- justo ahora superviso el club de fútbol de la escuela, al parecer están buscando miembros ¿te interesa? Sé que te gusta el fútbol.

-¿En serio?...mm- se quedó pensando unos minutos. Tal vez de esa forma podía romper la ya insoportable rutina que se traía todos los días últimamente- suena bien, entrare...

-¡Perfecto!

Eso estaba mucho mejor, ya podía ver una sonrisa en el menor- entonces ven a partir de mañana después de clases.

Y con eso el profesor se fue dejándolo pensativo ¿después de clases? ¿Me pregunto qué dirá Saga respecto a eso? Espera ¿Por qué tendría que importarme lo que él diga? Por muy casados que estemos él no tiene derecho que decirme que hacer y qué no hacer.

Con esa idea paso el resto del día hasta la hora de salida, espero como siempre en la entrada a que el mayor pasara por el como siempre.

Cuando vio su auto estacionarse se acercó y entro saludando vagamente a su conjugue.

-¿Qué tal estuvo tu día?- pregunto el mayor como de costumbre al castaño.

-Bien... como siempre- respondió mientras miraba por la ventana. Mientras se dirigían a comer pensaba en cómo decirle sobre la invitación del profesor Aioros.

Lo que el corazón quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora