El pueblo de Westport

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Era un martes por la tarde lluvioso y yo estaba sentada en mi silla frente al balcón de mi habitación con mi taza de chocolate en la mano y mi libro favorito apoyado entre mis piernas, disfrutaba ver como el bosque se mojaba con la lluvia, hacia que todo fuera perfecto con esa paz en el aire que te hacía pensar en los seres que amaste tanto y que ahora la soledad se vuelve una con tu respiración, era como si fuera el final de mi historia hasta que alguien llamo a mi puerta sacándome de mi transe y haciéndome levantarme de mi silla, puse mi taza de chocolate en mi escritorio, abrí la puerta y vi la cara de Nathan con una sonrisa de lado a lado como siempre, demonios no entiendo como puede ser tan irritantemente agradable, Nathan es el tipo de chico del cual cualquier chica desearía que tocara a su puerta pero no esta chica y tampoco merecía que le cerrara la puerta en la cara.

-Hola-dijo

-¿Qué pasa?-pregunté

-¿Qué haces?- dijo mientras pasaba una ligera mirada al interior de mi habitación

-Respirar- contesté en tono sarcástico y un tanto burlón mientras cerraba un poco más la puerta haciendo que él rodara sus ojos con una sonrisita escondida

-Como sea, tienes que bajar

-¿Ahora que hice?- pregunté con aire cansado mientras en mi mente repasaba todo lo que les pudo haber molestado a mis tíos, ya que vivir con ellos era genial pero no le quitaba lo estricto

Mientras llegaba a la cocina con Nathan pude ver a Chad y Caleb jugando en la mesa mientras devoraban todas las galletas que Gina había hecho, Gina era mi tía una mujer tan hermosa, era la envidia de todas las enfermeras en el hospital aparte de que era el amor convertido en persona; en el otro extremo de la mesa estaba su esposo mi tío Gabriel él era al igual que Gina una muy buena persona y muy amigable, no solo con nosotros sino con todos sus pacientes en el hospital ya que era el doctor en el hospital general del pueblo y un bombón para todas las enfermeras y madres solteras de este lugar.

-Hola cariño ¿Quieres una galleta?- me ofreció Gina

-No gracias ya han sido tocadas por el diablo- respondí mordazmente lanzándole una mirada a los dos insaciables de Chad y Caleb entonces ellos inmediatamente me lanzaron una mirada venenosa y yo les sonreí con malicia

-No es nuestra culpa que te la pases en tu habitación- dijo Caleb con aire ofendido y Chad asintió con la boca llena de galletas y les juro que al igual que su compañero eran igual de retrasados pero muy divertidos, me volvían loca pero no podía evitar que me agradaran

-¿Donde esta Dorian?- preguntó Gabriel

-Creo que el gorila está en el gimnasio - contestó Chad entre risitas

Caleb y yo soltamos una risita entonces Gabriel le lanzo una mirada de desaprobación, tenía que admitirlo sus estupideces me causaban mucha gracia y por cosas como esa luego Chad aparecía con un moretón en el ojo, regalo de Dorian pero se estarán preguntando quien es Dorian, Dorian es el tipo de chico mayor al que respetas, es un tanto serio y muy diferente a los demás, él es moreno, con ojos café caramelo, alto y fornido, resulta algo intimidante a veces, aún recuerdo cuando llegue aquí él se comportaba de la manera más distante del mundo incluso llegue a pensar que no le agradaba en lo absoluto hasta que...

**FLASHBACK**

Iba en el auto con la trabajadora social, no tenía ni idea hacia donde me llevaba ni con quienes, ella me había dicho que la hermana de Jonathan, el esposo de mi madre había aceptado cuidarme pero la verdad en ese momento le preste muy poca atención, seguía impactada por lo que había pasado, La sangre corriendo por la carretera, mis padres, pensé y mis ojos se humedecieron.

Los ColemanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora