Elliot lo arreglara

6.8K 643 818
                                    

Me sentía como la persona más infeliz del mundo, había perdido las pocas esperanzas de regresar con Aaron y que todo por fin estuviera bien, él me odiaba seguramente y estaría pensando lo peor de mi, que le había sido infiel con Alex y con Nathan, su propio hermano, ciertamente él me estaba odiando en este momento y no podía culparlo pero todo tenía una explicación, una explicación que Chad me había arrebatado de las manos y lo odiaba por eso, sabía que había mucha felicidad y amor dentro de él pero eso a veces podía convertirlo en puro dolor, haciendo que destruyera todo a su paso como una bomba que explota y arrasa con todo, dejando que lo que lo rodeaba se convierta en cenizas y en este momento yo me estaba convirtiéndome en ellas, mi alma quería ser positiva ante esta situación, cuando vi a Aaron darme la espalda luego de aceptar que me había besado con  Nathan mi corazón se hundió en el dolor y él se fue, desapareciendo como el viento de mi vista sin permitirme decir algo más y mi mirada bajo ante su ausencia, solo con el frío de la noche reconfortandome, volví a entrar en la casa, subí a mi habitación como si mi mente estuviera ausente y al estar encerrada entre esas cuatro paredes mi cuerpo se desplomó de espaldas a mi cama, mientras levantaba las palmas de mis manos para cubrir mis ojos apretando la parte inferior de mis manos fuertemente contra ellos para tratar de contener mis lagrimas pero estás aún así corrían por mi rostro hasta juntarse y caer por mi barbilla convertidas en una gota de dolor que mojaba mi camisa, estaba tan sola, fría y mi corazón sentía tanto dolor, mi mente solo repetía su nombre y visualizaba su mirada oscura y fría cayendo al suelo, decepcionado para luego apartarla de mi, esto era mi culpa, solo mía yo era quien deseaba tener todo controlado y al final quien menos esperaba me había lanzado al vacío, quitándome ese control de las manos y quizás sólo quizás eso era lo mejor, yo no era buena y lo sabía, dañaba a las personas cerca de mi y prueba de eso era mi madre y Jonathan .

El frío se había convertido en mi mejor amigo, luego de llorar hasta que no me quedara una lagrima mas, me había levantado del suelo y había salido a mi balcón, esperando, esperando a que él volviera porque por alguna razón pensé que lo haría y luego de varias horas algo me deslumbró, era el amanecer, no sabía cómo pero para mi habían sido minutos y no horas, había estado ahí parada toda la noche sin siquiera estar consiente y para cuando me di cuenta me parte del balcón dejando por fin de sentir pena por mi misma, tenía cosas que hacer, tenía un plan que llevar acabo, tenía que salvar lo que quizás era lo único que me quedaba por luchar y si lo arruinaba por lo menos sabría que aún en el final fui yo quien destruyó todo.

-Buenos días- escuché la voz melodiosa de Dorian abriendo la puerta lentamente luego de tocar entonces me gire para verlo por encima de mi hombro en mi anterior posición en el balcón entonces noté su cara desconcertada ya que sabía que había esperado verme en mi cama, aparte mi mirada y escuché sus pasos viniendo hacia mi - Así que estás despierta - dijo saliendo al balcón para llegar a mi lado y al escuchar sus palabras casi me hizo soltar un bufido, ¿Exactamente cuando estuve dormida?, me pregunté con sarcasmo ya que era mi mejor manera de manejar mi dolor - Y... ¿Que haces aquí afuera?- preguntó moviéndose hacia mi ante mi incómodo silencio

-Solo veo la neblina entre el bosque- conteste sin mirarlo entonces él miro hacia el bosque

-Es hermoso- dijo mientras se acercaba a mi de manera íntima como si buscara reconfortarme y sentí su calor

-Lose- me incorpore un poco incómoda cruzando mis brazos mientras me apoyaba en la baranda

-¿Estás bien?- preguntó finalmente

-Si- conteste embozando una leve sonrisa al verlo fijamente pero él aún me veía con esa mirada preocupado

-Sabes que no tienes porque parecer fuerte conmigo- soltó directamente entonces aparte mi mirada

Los ColemanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora