Capítulo 21

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Está seguro de que el sabor del humectante que el chico suele ponerse en la boca es cereza.

Namjoon lo saborea a través de los labios ajenos que lo besan, intentado identificar la fruta tras el cosmético. Lo tiene sobre su regazo, con sus manos explorando su cuerpo. Su boca es aterciopelada, húmeda y no parece tener intenciones de abandonarlo. La curva de la cintura que conoce gracias a la costumbre, se amolda bajo la estrechez de sus dedos que se han contentado con tocarla hasta la saciedad. 

El calor lo sofoco y él quiere dejarse abrasar por él. Quiere extinguirse y volverse ceniza si con ello obtiene mucho más del otro, de sus labios compasivos y su cálido cuerpo...

Entonces la alarma de su celular lo despierta y el sonida retumba en toda la habitación. Namjoon frota sus ojos con molestia, mientras hace las mantas a un lado y el contraste de temperatura lo recibe. Tan abismalmente diferente al calor de antes, al del sueño que todavía lo tiene alterado y lo obliga a caminar con incomodidad hasta el baño. 

La reacción natural de su cuerpo no lo sorprende cuando tensa la tela de la prenda inferior. Namjoon omite tanto como puede su erección y se desviste para finalmente girar la perilla de la regadera. El agua lo toca primero desde la coronilla de su cabeza, empapando los mechones castaños y aplastándolos contra su frente. 

La temperatura de la lluvia no se compara con la que aún inunda su cuerpo, con el deseo que orilla a su mano a recorrer su pecho, encontrando su vientre en descenso y agarrando finalmente la dura prueba de la excitación. 

Su mente se empaña como la puerta de la ducha. Se ciega con la imagen de los labios de Jin que lo besaban en el sueño, que parecían devorarlo a través de la lujuria. La evocación es suficiente para permitirle seguirse tocando en medio del silencio del baño, con su cabeza apoyada en los azulejos de la ducha y su mano tirando vigorosamente de su miembro. 

Puede recordar la primera vez que lo hizo estando en la casa de sus padres, y lo terrorífico y extraño que fue para él encontrar que había tenido una erección resultado de un sueño húmedo en donde él y Jin era los protagonistas. Ya no lo es. Namjoon ha tenido varios de sueños del mismo carácter y con la misma persona. También ha fantaseado despierto con cosas de ese estilo. 

No puede negarlo, hacerlo sería estúpido.

Muerde sus labios cuando siente que el orgasmo está cerca y observa el líquido espeso salir disparado, manchando su mano en el proceso. Su miembro se ablanda, pierde protagonismo entre sus dedos, pero su mente todavía está colmada de Jin, de su boca y su cuerpo. 

No pierde tiempo duchándose luego de ello, agilizando la limpieza y obligándose a estar listo tan rápido como pueda. Su mente ahora maquina otros asuntos, como el de finalmente responsabilizarse de sus acciones como líder. Por ello, va a volver a ensayar desde hoy. 

La tristeza no se va, es un hecho, pero Namjoon tiene que hacerle frente de alguna manera y quedarse en el apartamento, lamentándose sobre lo que le duele, no es una opción. 

No cuando es el líder. 

Ocupa una camisa gris de algodón mientras observa su torso ahora más lleno. Sabe que no es mucho, pero al menos sus costillas no se notan tanto como antes. Afuera, en la cocina, Jungkook y Taehyung comen verduras con carne que ha cocinado Jin, quien está cerca a la estufa revolviendo algo.

—Siéntate —dice el mayor cuando lo ve llegar. Namjoon siente sus mejillas colorearse al recordar su reciente ducha, no obstante, obedece—. Te serviré en un momento.

Yoongi, Hoseok y Jimin no están allí. Tampoco hay señales de que en algún momento arriben el lugar.

Desde una de las sillas, el chico se dedica a observar a los demás, que comparten trozos de comida en medio de risas. Extraña eso, extraña la proximidad que tuvo con la persona que ahora está revolviendo comida en una sartén. Namjoon extraña lo que tuvo con Jin, extraña su amistad y extraña las pequeñas cosas que desdibujaron su vínculo. 

¿Sabes cómo te digo que te quiero? - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora