1. Discúlpame

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-Pov. Oliver-

Recuerdo cuando papá vino a mi cuarto y puso unas cuatro maletas sobre mi cama. No me dijo el motivo por el cual empaque mis prendas y algunas cosas importante para mí.

Sinceramente se me hizo raro, pues no éramos una familia que tuviera mucho dinero, y para que tengamos dinero como para una que mi papá me lleva a meter --literalmente-- todo mi armario era cosa de otro mundo. Pero todo se volvió más raro cuando ya había estado listo y baje a la sala donde mi madre estaba llorando al igual que mis dos hermanos alfas. Iba a ir a consolarla pero mi padre me saco a la fuerza de la casa. A fuera de la casa había un carro negro, con las ventanas polarizadas.

Eso era de locos.

Mi mamá gritó y le mando una cachetada a mi padre, quien la ignoro y no respondió, el no era de esos alfas que golpeaban a sus omegas.
Dirigió su vista a mis dos hermanos pidiéndoles que suban todas mis maletas al auto, mientras él consolaba a mi madre quien yacía en el piso destrozada.

Cuando mis maletas estuvieron ya en el auto mis hermanos corrieron a abrazarme.

Jack Rousse, mi hermano mayor y el segundo alfa de la casa, era idéntico a papá, sus cabellos azabaches al igual que sus ojos. Me abrazó con lágrimas en los ojos, esta era la primera vez que lo veía llorar.

Size Rousse, el tercer alfa de la familia y mi mayor por cuatro años.
Tambien me abrazó. Él, a comparación de Jack era de cabellos entre negro y rojo, su piel era criolla pero sus ojos brillaban, unos ojos celeste opacos.

Les correspondí al abrazo algo confundido, ¿Por qué sólo yo era quién se iba?

Mi padre intervino alejando a mis dos hermanos para que mamá se acerqué a mi. Sus ojos celestes, su cabello castaño, aquella piel pálida que herede y esos labios rosados que siempre sonreían nunca estaban en curva para abajo, esta vez estaban asi. Su mirada estaba apagada, sin brillo... Sin vida. Me abrazó y antes de alejarse de mi, susurro en mi oído «Discúlpame...»

Papá se acercó a mi y posó su mano en mi hombro izquierdo. Esbozó una sonrisa que expresaba un perdón y me guió al auto.
Me subí, esperando que papá lo haga detrás de mi, pero me equivoqué. Papá nunca subió y el carro arrancó.

Grité al chófer que detenga el auto para así bajar e ir con mi familia, pero no hubo respuesta por parte de la persona quien conducía.

Quien diría que ese mismo jueves por la tarde sería la última vez que vería a mi familia.














Un mar de lágrimas se desbordaban de los ojos del único hijo omega de la familia Rousse, Aquéllas personas que lo iban a proteger de los secuestradores de omegas lo iban a vender, a uno del mismo clan.

La historia de un Omega [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora