25. Cerca de casa

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me sentía agobiado, cansado, triste, alegre, quería llorar pero no podía.

estaba nuevamente en la ciudad, pero. no se en que parte de esta ciudad.
no sabía a dónde es que el bus me había dejado o que pasaba a mi alrededor, no tengo ya casi nada de dinero y la batería de mi celular ya casi se acababa.

¿en qué estaba pensando cuando salí de la casa de él?

mi mirada se quedaba estática en el mismo lugar. mis zapatos.
la gente pasaba y pasaba, algunos me miraban y serían lástima por aquel chico que tenía una mochila consigo sentado en una esquina de aquél terminar terrestre.

¿que hago ahora?

mire la batería de mi celular. joder, 32% sin internet como para entrar en Google maps y buscar mi hogar.

me levanté del frío pavimento y caminé sin dirección.

«¿dónde estamos?»

“no lo sé”

«¿por qué me contestas?»

“tampoco lo sé.”

paré mis pasos en un parque cercano y mire en una banca a una señora de la tercera edad quien le daba de comer a unas palomas.

— Buenos días. ¿puedo tomar asiento?

pregunté algo temeroso cuando algunas palomas levantaron sus alas y emprendieron vuelo asustadas. 
La señora simplemente asintió y me senté a su lado, me alcanzó un poco de maíz y le siguió dando de comer.

— ¿Qué haces aquí solo?

preguntó con una voz calmada mientras lanzaba más maíz al suelo y las palomas regresaban.

— Estoy pérdido.

jugué con el maíz que estaba en mis manos

— ¿Cómo pasó?

— estuve lejos de mi casa mucho tiempo, ahora no se ni como era, me preguntó. ¿es azul, o celeste? ¿cuántas ventanas tenía? ¿así era mi dirección? sus rostros... ya no me acuerdo de ellos.

—La memoria es débil cariño.

no estaba alterada, sus facciones eran tranquilas y serenas.
las palomas nos siguieron inundando a medida de que ella lanzaba la comida para aves.

— Al parecer sí.

«¿vas a llorar? jaja, bebé llorón.»

— Así que no tienes en donde dormir.

asentí con la cabeza.

— Es correcto.

— ¿Dónde dormías antes?

— Estaba en provincia, en casa de un sujeto que... ahg.

suspiré, dudo que me crea. por favor, esto no es una novela. ¿cómo carajos me van a creer que hay una identidad que vende niños?

— ¿Te violaron?

ahora sí su tono cambio a uno más serio y preocupado.

— Sí...

— Ay mijo, lo siento mucho.

— No se preocupe...

— Malditos alfas, solo por qué son la jerarquía más alta se creen capaces de hacerlo que quieran con los omegas o betas. estoy harta de esos imbéciles. —suspiro— y. ¿dónde pasarás la noche?

— No tengo idea, tal vez aquí.

lance la comida a las palomas y luego mi estómago sonó, lo había olvidado. no e comido en toda la mañana.

La historia de un Omega [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora