23. Tiempo acabado

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        Parpadeé unas tres veces antes de girar mi cuerpo desnudo sobre la cama y toparme con Joy quien estaba únicamente con camisa durmiendo sobre la cama.

impotencia, dolor, repugnancia. un sin número de emociones se instalaron en mí.

— Maldito violador.

susurré y me levanté lo más silencioso posible de la cama.
Nunca tuve tanta adrenalina acumulada como esos segundos en el cual me había acercado a él para buscar los lentes de contacto debajo de la cama.
Cuando di con ellos rápidamente agarré la misma playera que traía puesta ayer y  tome la ropa que había dejado Carolina hace tiempo, busque desesperado sobre el estante palpando con la palma de mi mano contra la madera para buscar la llave.

¿Por qué estoy tan chiquito?, pensé.

Una vez que la encontré corrí al baño, creo es la primera vez que e corrido tan rápido al baño a darme una ducha.

Al terminar de bañarme lo primer que hice fue ponerme los lentes de contacto pero por menso no deje que todo el líquido donde flotaban se escurra bien así que me ardían levemente los ojos.

Me estaba poniendo la nueva ropa y mire mi reflejo en el espejo. daba asco.
mis muñecas estaban rojas y tenía marcas en el cuello. ¡ah; y la bofetada que me dio ayer por haberle mordido el labio.

 ¡ah; y la bofetada que me dio ayer por haberle mordido el labio

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Nuevamente lloré, frente al espejo. ¡Este no era yo!

— Maldito hijo de puta.

Dije con impotencia y por alguna extraña razón me dieron ganas de tenerlo debajo mío mientras lo ahorcaba contra la cama.
Joder. ¿A caso me volví un psicópata?
Sacudí mi cabeza de un lado al otro y terminé de vestirme, nuevamente sentí el peligro cerca mío.

necesitaba el dinero que había guardado. justamente debajo del colchón.

“Se que no soy muy creyente pero: Padre nuestro que estás en los cielos. por favor, ayúdame a salir de aquí.”

pensé y con miedo alce el colchón y fui sacando despacio el dinero.
Cuando termine de sacar todo el dinero, deje bajar el colchón levemente y vi como se daba la vuelta. Nuevamente sentí aquel olor que me hizo tranquilizarme, al parecer me había acostumbrado a sus feromonas. ¿¡qué!? ¡no! ¡ni madres!

me di una leve cachetada y salí del cuarto de puntillas, agarré una mochila que era de él y puse el dinero, un poco de ropa, comida, agua, el celular de Joy y un poco más de dinero de él.
Ya tenía todo, solo me faltaba la llave para salir de aquí.

¿En donde...?

busque desesperado de un lado al otro la llave de la puerta principal.

— Vamos, ¿dónde?

susurré algo alterado mientras revisaba toda la oficina de Joy.

tanto... Había planeado tanto solo para caer en el último segundo.

La historia de un Omega [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora