21. Cuenta recesiva

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—Oliver—

Carolina me dijo que Joy pensaba despedirla a en esta semana, si lo hacía. me quedaban únicamente éstos 7 días para huir.

🍒

— ¡Oliver!

— P-perdón.

— No puedes ir por ahí liberando feromonas. ¿A caso quieres que un alfa te abuse?

— No, no es eso. Es que es complicado.

— Tienes que aprender rápido Oliver, no quiero que te pase nada una vez que huyas.

Suspiré y asentí.

Tenía que aprender a controlar todo esto.

Carolina dio un jadeo y siguió revisando los problemas de matemática que me había dejado.

— ¿Qué harás cuando me vaya?

le pregunté algo dudoso de mi actuar futura, iba a huir. ¡Huir! y lo peor es que este es un lugar que no conozco. No sé ni dónde estoy.

— Me buscaré un trabajo, no te preocupes por mí Oliver. Tú solo ve donde tu familia y sé feliz.

— Tengo miedo.

— Supongo que sería normal, pero estate' tranquilo.

— ¿Repasamos el plan una vez más?

— Déjame que ahorita termino de revisar, ah. y 20 por 85 es 1.7500; no 1.7000.

— Ya déjame.

Me recosté sobre la mesa y comencé a dibujar algo sin sentido... O eso creo.

— ¡Ay! ¡Casi lo olvido!

Levanté la mirada y la fijé en Carolina quién busco en su bolso algo como loca y cuando lo halló sonrió.

— No puedes ir por ahí resaltando tus dotes físicos ya que te podrían hallar más rápido si es que logras salirte de está casa. —sonrio—. Así que recordé que tenía unos lentes de contacto y ahora son tuyos.

— C-Carolina no podría aceptarl-.

— Lo harás, es una orden. Con ropa nueva, un nuevo corte y los lentes de contacto quedarás irreconocible.

Con su mano izquierda tomo mis dos manos y en estas puso la cajita de los lentes de contacto, lo abrí y en su interior habían dos pedazos de plástico flotando sobre agua (supongo), eran de color negro.

— Muchas gracias, Carolina. Te debo la vida.

— En muchos, muchos, muchos años. Si ves a alguien en problemas prométeme que darás todo para ayudarlo y creer en todos.

Me levanté del asiento y fui a abrazarla, ella también me envolvió entre sus brazos y pude oler su perfume, frutos rojos y rosas. No soy fan del olor que emanan las rosas pero si este es mezclado con los frutos rojos, simplemente el aroma es increíble.

Ese día había pasado volando y eso de las 5 de la tarde Joy había regresado con unas bolsas en mano y se le notaba más cansado y agitado.

— Buenas tardes Joy.

Hablamos en el mismo tiempo Carolina y yo cuando él se acercó a nosotros.

— Buenas tardes, iré a tomar una ducha. Carolina si ya te vas cierra la puerta con seguro y por favor, regresa la próxima semana para que me devuelvas las llaves.

Mis nervios aumentaron, ¿este sería el adiós?

— ¿Es una despedida?  —pregunto ella mientras recogía sus cosas y dejaba mi cuaderno sobre mis manos.

— Si... Algo por el estilo. —respondió Joy mientras miraba el calendario.

— Bueno, ahm.

Ella me miró y me abrazó susurrandome en el oído: “Te estaré esperando todos los días de 10 am a las 3 pm en el metro a 18 calles de aquí.”

No hice ni una expresión cuando me dijo eso más que una falsa pero a la vez una verdadera pena.

Joy la acompañó hasta la puerta donde se quedaron charlando un rato más y yo fui al cuarto donde estaba de arrimado y busque dónde meter la cajita con los lentes hasta que mi única opción disponible fue debajo de la cama junto a la madera que hace que la cama se mantenga elevado del suelo.
Cerré la puerta como era costumbre mía y agarré el cuaderno para ver en qué me había equivocado cuando vi como papeles verdes caían de él.
Carolina me había dejado dinero... Demasiado dinero.

Oí el cerrojo de la puerta principal y me dirigí a la ventana que estaba sellada y espere unos minutos cuando por fin vi a mi ex profesora de educación privada y amiga.
Iba vestida con su tan típico vestido rosa y su cartera bolso colgando de ella.
alzó su mano y se fue caminando despidiéndose.

— Las calles.

Guarde el dinero bajo el colchón y escribí en la última hoja del cuaderno:

De las 10 a las 3 de la tarde ella me esperará en el metro a 18 calles de aquí.

Pero. ¿cuánto vale una calle?

🍒

Estaba entre el sueño y la vida cuando oí como algo se rompía, me levanté asustado y dude: ¿“Ir por chismoso o dejarlo pasar”?

Y mi lado de vieja chismosa ganó la contienda 100 a 1

— ¿Joy?

Pregunté confundido cuando lo vi sentado en el suelo y a su costado un frasco partido en mil pedazos.

— ¿Qué ocurre?

— Lárgate a tu habitación.

Sus palabras salían agitadas y después de unos segundos mis fosas nasales sintieron un leve aroma a cítricos junto con un aroma a vainilla.

¡Sus feromonas! ¡Mis feromonas! ¡Su rut!

Un miedo me inundó y corrí a mi cuarto y me encerré.
Segundos después oí como Joy tocaba la puerta, puse el seguro y agarré las sábanas y me envolví con ellas.

como si las sábanas te protegieran de todo.

— Oliver.

— ¡Lárgate a tomar tus supresores!

Su aroma era más fuerte y sofocador.

Oliver abre la puer-...ta

Cuando vi, bueno... oí sus intenciones de querer usar la voz conmigo me tape los oídos, creo que nunca en mi vida había metido tan al fondo mis dedos en mis tímpanos.

— Esto no puede pasar, esto es un sueño. ¡si un jodido sueño! vamos a levantarnos en un momento y Joy estará encerrado como de costumbre en su estudio.

el sonido de la puerta era cada vez más insistente y fastidioso, hoy había descubierto tres cosas: Soy un miedo, los alfas con celo son un gran problema y había descubierto mi olor... Soy vainilla.
me abrace las piernas debajo de las sábanas mientras trataba de absorber lo menos posible de la esencia de Joy, si despertaba mi celo... estaría en graves problemas.














『tik, tok, tik, tok, tik, tok. hagan sus plegarías.』











si, después de una cagada de tiempo volví, salu2
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      (   uwu  ) <3

La historia de un Omega [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora